Contra-dispositivos para disolver las artimañas defensivas del cerebro
El dolor gotea. Trasmite su existencia y ubicación. El dolor es como un niño escondido en un closet y que grita “no me puedes encontrar”.
El dolor trasmite su existencia y su ubicación mediante síntomas que ya hemos visto.
Recuérdese:
1. Sensaciones específicas del cuerpo
2. Estados difusos internos del cuerpo
3. Reales sensaciones o sentimientos específicos
4. Pensamientos, imágenes, y secuencia oníricas
5. Conductas inusuales
6. Enfermedades psicosomáticas
Estas diferentes situaciones nos llegan desde un cerebro en riesgo. Todas ellas contienen o están muy asociadas con sensaciones físicamente dolorosas y emocionales.
LAS SENSACIONES FÍSICAS Y EMOCIALESSon importantes para nosotros porque son: (a) el campo de energía que orienta el compás de nuestra conocimiento; (b) el campo de energía que posee la fuerza para romper defensas; (c) el campo de energía que contiene los procesos que debemos sentir para desencadenar las funciones inmaculadas –relacionadas o incluidas en el Insight Holístico |
El dolor, según lo que venimos describiendo, nos devuelve a la vida. Su presencia es absolutamente necesaria para nuestro trabajo. Siempre tenemos que ubicarlo, en especial cuando se encuentra enterrado en los síntomas más sosegados por razones que ya hemos mencionado.
El cerebro humano puede ser adiestrado en la mayor sensibilidad como un compás que operará dentro del campo magnético de nuestras sensaciones. Podemos sentir la presencia de un malestar físico o emocionales incluso cuando los sentimientos / sensaciones están un nivel extremadamente bajo de intensidad, o cuando están confusos. Podemos empezar a leer sus sub.-capas de textura. Podemos rastrearlo y emerger con ellos.
De esta forma, podemos ir a través del velo de la mente hasta su núcleo más profundo –su pasado más antiguo y su complejo presente. Aquí al final de nuestro viaje, surgiremos a nuevas dimensiones de compresión con respecto al self y otros.
Todos los dispositivos defensivos de la mente que hemos visto no nos pueden desviar de nuestra dirección, no más que el viento y la lluvia puede mover la aguja de un compás.
El principio siempre se mantiene: si nos mantenemos en medio de un sentimiento y hacemos repeticiones congruentes de sonidos, palabras y movimiento corporal, nos encontraremos en el centro de las peores experiencias que nos formaron. Una vez en ese centro, si nos mantenemos abiertos y dejamos que los vientos de experiencia dolorosa soplen a través de nosotros, las experiencias dolorosas del pasado o del presente se disolverán y se integrarán a la corriente de nuestra vida mental y su capacidad de dañar se desvanecerá.
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