CAPITULO VEINTE

Los dispositivos, las  fuerzas y artimañas utilizadas por  el inconsciente para  mantenernos fuera  de  nuestra propia cerebro

Las  defensas con las que  nos preocupamos son:

1.     Los dispositivos de invisibilidad y del  no saber

2.     El  dispositivo de la atención mal dirigida

3.     El encanto de la mala memoria

4.     La  defensa de no  querer

5.     La defensa de no tener  permiso para  algo y  e l problema de  deslealtad

6.     La  defensa de  otras tentaciones

(a)        placeres  intelectuales elaborados

(b)       pregunta intelectuales elaboradas y la necesidad de  saber

(c)       el  placer de  los apetitos

(d)       el placer  y  la seguridad de  deleites hirientes  

(e)        la seguridad de  los falsos credos

7.     El dispositivo  de la confusión

8.     La barrera de las  tonterías

9.      Evitar  creer en sí  mismo de  forma negativa

10.  El  dispositivo del cambio de  forma y  viaje de síntomas

11.  El  dispositivo  del terror   extremo

DISPOSITIVOS PARA MANTENERNOS FUERA DE  NUESTRO  CEREBRO.

1.     Los dispositivos de la  invisibilidad  y del no saber

La parte inconsciente de nuestra mente dirige en todo momento nuestro  pensamiento, sentimiento  y conducta y de forma alguna,  no desea que lo sepamos. Para ello, realiza exitoso un trabajo invisible y  casi nunca nos damos cuenta de ello. El inconsciente  es un opresor y nos mangonea.

Por ejemplo, en  el  mundo real, una mujer puede irse temprano una  fiesta. Su conciencia le dicta que la razón  por la que se  va a casa es porque está cansada de las  conversaciones superficiales  que  se  sostienen a su  alrededor de  ella, pero en realidad,  el  hombre  que tiene al lado, que le  habla  de forma  autoritaria,  ha creado en ella sentimiento de negatividad muy parecido al  de su padre, pero ella no sabe esto. La conexión inconsciente y la fuerza con que ese sentimiento de negatividad hacen que se  vaya de  ese lugar son absolutamente invisible. Sin saber que está huyendo o de qué está huyendo, huye.

Los DISPOSITIVOS DE INVISIBILIDAD Y DEL NO SABER le  han impedido  crecer,  dicho de otra forma, la han mantenido a salvo.

A medida que avancemos,  estos DISPOSITIVOS DE INVISIBILIDAD Y DEL NO  SABER  se encresparán y torcerán a través de todos los fenómenos mentales que estudiaremos, desde los niveles  más llanos  hasta los más  profundos de la mente.

--No sé porque  siempre estoy tan refunfuñona e irritable. En realidad,  la vida  no  me lleva tan  mal. La  mamá  de Bob se  ha estado  quedando con nosotros, pero en realidad  ella se esfuerza tanto que no  puedo decirle nada  cuando  me incomoda.

---¿Estás enfadada con ella?

---En verdad, no.  Sólo quisiera  que no  se  esforzara  tanto. Hace dos meses que vive con nosotros. En verdad,  no me cae mal. Es buena

 

2.     El  dispositivo  de  la atención mal dirigida

El inconsciente puede seguir su trabajo con nosotros si sólo nos lleva a examinar  las  cosas incorrectas. Ver  las cosas  incorrectas como la causa de nuestro dolor y  nuestra  conducta es el sello distintivo de  la raza humana.

La  mujer que se va de la fiesta le  dirá a  sus amigas al día siguiente  cuanto  ha  madurado. Alardeará sobre cómo reaccionó más allá de las conversaciones superficiales de la fiesta. Su  inconsciente encausó mal su atención; su atención fue mal  encausada  por su  inconsciente.

Un hombre en mi  consulta explora la repugnancia que siente cuando está con un socio de  negocio que es homosexual.  Me habla  mucho del SIDA y de otras enfermedades trasmitidas  por el sexo. Se ha convertido en un experto en el tema. Ofrece servicio comunitario una noche a la semana enseñándole a  los jóvenes  cómo  evitar  las enfermedades  sexuales.  Lo que  no  puede  analizar  es su  deseo en la infancia de tocarle el  pene a su  hermano  mayor cuando se  lo enseñaba  como muestra de  masculinidad. Su atención en el presente  está  mal dirigida contra los gays  y por lo tanto enseña  cómo evitar  enfermedades  trasmitidas por el sexo.

He aquí un caso de conciencia mal  encausada en el que  la persona perseguirá falsas  metas durante  toda  su vida, al menos que  descubra y experimente  las razones  originales que lo hacen actuar de  la forma que  lo  hace. Sus intereses y actividades en el campo de la  educación sexual lo  han “protegido” de  sus recuerdos y deseos de la infancia.

El dispositivo de  atención mal encausada viaja siempre conjuntamente  con los dispositivos de  invisibilidad y del no saber.

--Maldito  jefe, lo odio. En  verdad, siempre  he odiado  a todos los jefes que  he tenido.

Más adelante en el libro descubriremos algunos dispositivos nuestros para  hacer  visibles  estas  defensas. Finalmente, veremos  que estos  dispositivos se  disuelven totalmente. Por ahora  debemos  ver cada uno  de  ellos para que, cuando  trabajemos  con los mismos los  sintamos como algo familiar.

3. El encanto de  la perdida de  la memoria

Tenemos el  caso  de una  madre que en  medio de la terapia  se grita  sin control a sí misma  a la edad de dos años que ha  botado  avena en la mesa de la  cocina. Ella ha olvidado  lo que aprendió; su grito esconde  un  sentimiento. Ha  olvidado que si se  acuesta  en su cama y  siente  la rabia como se  lo estamos enseñando  a  hacer,  esa rabia se  evapora sin  dañar  a la niña.

Este  el caso de  un hombre que  está  aprendiendo cómo  recordar  sus  sueños. Sus  instrucciones  son las de decirse a  sí  mismo que quiere soñar. Se le ha dicho que ponga un bloc de notas,  un lápiz y una  linterna de  bolsillo en su mesa de  noche.  Se le  dice que cada  vez que se  despierte en la noche  o  por la mañana debe  pensar  rápido y escribir  algún   fragmento  de su  sueño que  recuerde.

La primera semana se  le olvidar cumplir las  orientaciones que se  le han dado.  La segunda  semana,  se recuerda a sí  mismo que debe  recordar sus sueños, pero se  olvida del  bloc y  del lápiz. La tercera persona está  segura que  va a recordar un  sueño impactante que  tuvo y que no escribió en el  bloc y  que luego  olvidó. En  la cuarta  semana él  hace todo lo que se le pidió, pero deja  olvidado  en  casa el  bloc de  los sueños.  En la quinta semana se acuerda de  traer el  bloc, pero entonces olvida de  bajarse  del ómnibus  en  mi parada. A través  de todo lo descrito él  mantiene  categóricamente  que su pérdida de memoria es simplemente coincidencia.

Este paciente está  en realidad en medio de un ENCANTO  DE PÉRDIDA DE  MEMORIA,  un dispositivo  inconsciente  para  evitar la penetración de su self  más  profundo.

--¿Hiciste tus ejercicios de  terapia  esta  semana?

--Bueno,  usted  sabe como son las cosas,  se  te amontonan y  antes de  que uno se dé cuenta, ya la  semana  se ha  ido.    Jean y yo  peleábamos  continuamente.

4. La  defensa de  no  querer

Una  mujer  entra a mi consulta,  en la sesión anterior ya  había  avanzado  mucho. Me dice  que  ha estado  llorando toda  la semana, que no  quiere más lágrimas, que no quiere  ir al trabajo  con los ojos hinchados.

--¿Qué te  gustaría hacer hoy?

--No sé. Simplemente  no quiero  tener más dolor.

--¿Quieres  irte  más  temprano  esta semana y seguir  la  semana próxima?

Ella responde:

--No, quiero estar aquí,  no quieres sentir más dolor esta semana.

***

Este es el caso  de un  hombre  acostado  en la oscuridad, que  llora. Recuerda la  muerte de  una  amiguita cuando  él tenía  6 años.

--No quiero  sentir esto.

--¿Te duele  mucho?

--Sí... fue  culpa mía.

-- ¿Tú la mataste?

-- No, pero de alguna  forma, siempre he  creído que lo  hice

-- Por  favor,  trata de mantener  ese  sentimiento de culpa.

-- No,  no quiero

-- ¿No quieres?

-- No,  hay algo  malo en ello

--¿Y qué quieres hacer?

-- Creo que mejor que  hago es lo que usted dice

--Entonces remítete a ese sentimiento cuando  tenías 6 años en que pensaste que  hiciste algo  que le provocó la muerte a tu amiguita.

--(el paciente empieza llorar) Siempre nos desvestíamos juntos, nos mirábamos y nos tocábamos; y haciendo eso, murió. Siempre he creído que hacer  esas  cosas incorrectas le  causó  la muerte.

-- Tú  nunca has  querido  creer eso, ¿verdad?

-- Claro  que  no

-- Concéntrate  en ese sentimiento de  culpa.

-- No puedo.

-- Creo que sí  puedes. Imagina que entras a un elevador  para bajar  a tu carro.

--No,  no quiero  hacerlo.

--Para liberarte de ese sentimiento, vas a tener que reexperimentar esa violación.

-- No tengo que hacerlo, sueño  con ello  siempre.

-- Si lo vuelves a  experimentar estando  despierto y en medio de la terapia aquí conmigo,  no  vas a tener que soñarlo.

--No lo quiero  hacer todavía.

--¿Hay otras cosas que quieras hacer hoy?

-- ¿Quiero  hablar  sobre mi madre?

5. La defensa de  no  tener  permiso para  algo

Esto, se  darán  ustedes cuenta, es un  lado de los opuestos malignos de los que hemos hablado anteriormente cuando estuvimos hablando de  sentimientos que sobrevenían  en pares.

-- ¿Hay  algo sobre tu madre de lo que no quieres  hablar?

--Sí,

--¿Es difícil para ti hablar de ella?

--Sí

-- ¿Eso te  provoca algún sentimiento?

-- Sí, no  quiero  hablar de ella.

-- Por favor, concéntrate  en ese  sentimiento  en el que no quiere pensar

-- No creo que el problema sea no querer  abordar ese sentimiento, sino que se  supone  que no  lo  haga.

No tengo  el  permiso  para hablar  de  todas  las  cosas  mala que ella  hizo.

Retorciéndose  las  manos  después de un largo silencio:

--Ella tuvo un amante... sé que   no debería  hablar de  eso.

-- ¿Y tú has  guardado  ese secreto  todos estos años?

--Sí.

-- Vayamos  al centro de  ese secreto (sentimiento) que no tenías permiso de  divulgar. Concéntrate en esa niñita  que  no podía hablar. No me  digas  nada  por lo menos un  minuto.

--Yo...

--No,  no hables, eres una  niñita que  guarda  un terrible  secreto.

--Papá lo hubiese matado. Él era muy  colérico y  tenía armas  en  el sótano.

--Es decir que  guardando  su secreto la mantenías viva

-- Creo que sí

--¿Y que sentías?

--Me moría de miedo.

En  la DEFENSA DE  NO TENER  PERMISO PARA ALGO  se incluye el extremadamente  poderoso y ingenioso  PROBLEMA DE  LA DESLEATAD.

Una y otra vez, los pacientes detienen  su viaje porque  piensan  que es desleal  hablar de forma negativa sobre personas importantes en sus vidas, en el  presente y en el  pasado. No está de más insistir que esa culpa no es lo mismo que establecer una profunda conexión interior.

Cuando alguien está  el colchón terapéutico gritándole a su padre que lo odia está expresando el sentimiento provocado por una experiencia importante, interno y  bien estructurado. No se trata  de la culpa del padre de ese paciente por lo que le  hizo al hijo. La  diferencia entre culpa y sentimiento a través de una conexión es intuitiva, pero absolutamente crucial. Sabemos intelectualmente  que  nuestros padres  fueron el  producto  de  la educación que recibieron y, por lo  tanto, no  hay que  culparlos  por lo que nos  hicieron. Debemos, sin embargo, pasar  por encima de este conocimiento intelectual y permitirnos sentir y expresar el daño que su conducta nos provocó. Experimentar conexiones  pasadas  es vital para la cura.

La  culpa  es otro  problema.

Una vez  que  nos  damos cuenta de que la expresión de sentimientos es  una  exteriorización terapéutica y no una exposición de la culpa, podemos  entonces experimentar el sentimiento. La DEFENSA  DE  NO  TENER  PERMISO PARA ALGO disminuye y finalmente podemos decir cosas  negativas sobre nuestros seres queridos porque nos damos cuenta de que estamos explorando  un sentimiento.

Es importante recordar, sin embargo, que la DEFENSA  DE  NO TENER  PERMISO PARA ALGO sigue siendo también un sentimiento y no se  disuelve hasta que no la hayamos abordado y lo hagamos varias veces. Simplemente, conocer la diferencia entre identificar una culpa y experimentar un sentimiento, como  cualquier  otro conocimiento intelectual, no nos liberará  de repente. Sin embargo, nos da un punto de foco para concentrarnos en  nuestras  técnicas orientadas  hacia el  sentimiento.

El hecho es que sentirse desleal es una de las trampas más sutiles del  cerebro para no entrar en el self más profundo.  Es un  dispositivo creado por el miedo  profundo de nuestros primeros dolores y  volveremos al  mismo de  forma más directa cuando estudiemos el DISPOSITIVO DEL TERROR EXTREMO. 

--¿Qué hace tu padre todas las noches en e sótano?

-- No se lo puedo decir.

-- ¿No me lo puedes decir?

--Nunca se nos permitió  que  habláramos de  nuestros padres. Ellos nos  han dicho  que  desleal hacerlo.

--¿Y no  puedes hablar de eso ahora?

--No, no lo  puedo decir.

-- Pero todo  eso que sabes te pesa  dentro ¿no?

--Sí

6. La  defensa de las otras tentaciones

    (a)  placeres intelectuales elaborados

--Toda mi vida  he  hecho reír a la  gente. Soy  el arquetipo de  un  bromista.

-- ¿Y que te  hace sentir  el  ser  gracioso  siempre?

--Me gusta ser el centro  de  una multitud. Mi papá  hacía  muchos  chistes.

--Ya, deja de  hablar de eso; acuéstate  e imagina la  situación. ¿Dónde  estabas?

--En mi club.

-- Cierra los ojos. Imagínate allí  y crea la  imagen hasta que  sea  lo  más real posible. Ahora deja entrar ese sentimiento que  experimentas  cuando haces el chiste... No, no me hables al respecto, quédate dentro con ese sentimiento por al menos  medio minuto.

--Siento una especie de necesidad de ser  gracioso.

-- Mantente con esa necesidad y profundízala. Di una palabra,  una frase, emite un sonido.  No  me  hagas un  cuento ni trates de ser lógico.

--Ríete  de mí

-- ¿La  frase emite exactamente ese deseo?

--Sí

-- Entonces mantente dentro  de ese deseo y  repite la  frase una  y otra vez.

-- Ríete de  mí... Ríete de  mí... Ríete de mí ... y de pronto me siento triste.

-- Mantén ese sentimiento de tristeza y sigue  diciendo la  frase

--Ríete de mí (y el paciente empieza a llorar)  Quiéreme ... (grita abiertamente ahora) Quiero que alguien me quiera...

--¿Quieres hablarme de arquetipos?

-- No, sólo quiero que me quieran

-Exacto

Cuando obligamos  a las personas a que dejen una  postura intelectual y los  dejamos dentro de ese sentimiento, tienen una mejor oportunidad una experimentación más profunda de ellos mismos. Sin este  enfoque e intensidad no puede  haber  una terapia real.

--Mi papá no  podía  ayudarte a  que  lo supieras

--¿Quieres decir que podía ayudar  a  golpearte?

-- Eso es.  (pausa) Está probado  que si tus padres fueron  golpeados les trasmitieron ese  hábito y  te pegan a ti.

-- ¿Cómo te hicieron  sentir  los golpes?

--Eso  ya  no  importa. Pasó hace  mucho tiempo y  he  leído muchos libros al  respecto.

--¿Y cómo te  sentiste después?

--Ya no importa—hice  una maestría sobre  violencia doméstica.

--¿Y cómo  te fue?

--Por  favor, no me  pregustes eso.

-- ¿Cómo te  fue?

-- Todo el tiempo  me  sentía  temeroso ... (llorando)

La defensa de otras tentaciones – continuación

(b) Preguntas  intelectuales  elaboradas y  la necesidad de  saber.

La  terapia  profunda orientada al  sentimiento requiere que  invirtamos  los procesos  normales  diurnos. Con esto queremos  decir que  debemos confiar que  si sentimos el sentimiento primero, sin  hacer preguntas, el eje  conciente-inconsciente se reorientará  y  nos traerá  las respuestas que buscamos. En un  sentido,  debemos aprender a  saltar  fuera  del  precipicio y  caer dentro del sentimiento,  pero sin  mirar, es decir, sin hacer  preguntas.

En muchas personas,  la necesidad de saber lo que están haciendo debe mitigarse aparentemente antes que se permitan experimentar un sentimiento. Esta formulación de preguntas y la NECESIDAD DE SABER mantiene al  eje conciente-inconsciente orientado hacia el intelecto y lejos del viaje de interiorización. La necesidad de saber nace del terror profundo y es la  esencia de control consciente. La necesidad de saber y  de formular preguntas antes que nos permitamos sentir es uno de  los métodos principales  del  cerebro para mantener la terapia  en el  Nivel Uno.

--No sé por qué  tengo  esa  sensación cada  vez que entro a  casa de mi  madre.

-- Por favor mantén  esa sensación en ti sin preguntarte por qué la tienes.

-- Pero  eso  no tiene sentido, ¿por qué  me  tengo que  sentir así?

-- Mantén esa  sensación o sentimiento, imagínate  la casa de  tu  madre y tú  caminando  hacia ella. Deja de  preguntarte  las razones por las cuales sientes esa  sensación.

-- Está  bien. Estoy parado antes  la  puerta de  la casa de  mi madre.

--¿Y qué sientes?

-- Ganas  de  salir  corriendo.

-- Por  favor, intensifica  esa sensación. No pienses y  no  hagas  preguntas.

-- Por favor, mami,  no me pegues de  nuevo, no me pegues de nuevo (llanto)

-- Como ves, ya  tienes contestada tu pregunta.

-- Así es.

Cuando lanzamos nuestras preguntas intelectuales elaboradas y nuestra  necesidad de saber, sentir esas sensaciones o sentimientos nos permite experimentar  nuestra verdad.

La defensa de otras  tentaciones –continuación

(c) Los placeres del apetito

-- Cuando  me acuesto para trabajar en la terapia, me urge masturbarme y después me quedo dormido.

--¿Y masturbarte te ayuda en tu viaje terapéutico?

-- No lo creo.

-- En ese caso, cuando quieras masturbarte, mantén latente esa necesidad. Exterioriza tus sonidos y  palabras y mantente con lo que exteriorices

***

 -- Siempre tengo ganas de  comer

-- ¿Y  siempre  sientes esa hambre sin abrir la  puerta del refrigerador?

-- A  veces lo olvido

-- Te apuesto a que lo  haces.

***

-- No quiero sentirlo. Quiero que  me abraces.

-- Siéntelo  por un  momento y deja  el abrazo  para  después

***

-- Es mucho mejor hacer el amor  con mi mujer  después que  discutimos.

La  defensa de  otras  tentaciones –continuación

(d)  El placer  y  la seguridad de  los placeres hirientes

Muy a menudo, cuando adoptamos una actitud negativa hacia los demás, intentamos irnos  por encima de nuestro dolor. Esto no es más cierto que  cuando asumimos  una actitud crítica.

La facultad crítica ha sido  inherente a la vida desde tiempos  inmemorables. La ameba debe valorar si lo que va a ingerir  es tóxico o alimenticio. Lo  mismo le sucede al  elefante. La  crítica es una sublimación ascendente de esta  opinión  básica sobre las  necesidades vitales.

La  crítica a nivel verbal y  simbólico todavía nos ayuda a arrancar  lo  que es tóxico a la larga desde lo que es alimenticio y  que produce  crecimiento.

Desgraciadamente muchos de nosotros recubrimos esta necesaria función básica con  algo extra. Utilizamos  la crítica para  ganar en altitud y seguridad por encima de  nuestro  temor. En última instancia,  por debajo del miedo,  merodea el gran  dolor de  toda  nuestra  infancia.

-- Ese  hombre  es un imbécil.  Siempre  está haciendo algo  estúpido.

-- No le tienes  mucho respeto

-- No es eso,  simplemente no me  cae  bien

-- Sigue experimentando  ese  sentimiento hacia él

-- Bien, en realidad, le encuentro algo terrorífico: se  parece a un padre

Mucho más fácil sería odiar que  ensimismarse y  hacer  frente a  nuestro   miedo.

La  defensa  de otras tentaciones –continuación

(e) La seguridad de falsos credos   (ver itálicas página 71)

-- Creo que  todos  los hombres son unos  bastardos.

-- ¿Todos?

-- Sí, los odio  a todos.

-- Vete al centro de este odio y  repite la frase “los odio” al  menos  cinco  veces.

-- Los odio... los odio... los odio... los odio... se trata de mi hermano (y  empieza a  llorar) lo odio por todas  las  veces que me ha hecho  daño, por haberme clavado sus uñas.

-- Entonces ¿todos los  hombre son unos   bastardos?

-- Mi hermano sí

-- Sí, en  verdad, lo era

Siempre que dejamos de  perseguir  nuestros sentimientos, una plataforma de  falsos credos se reensambla. A esto se  le llama “personalidad” y con la misma manipulamos nuestro mundo y  evitamos el dolor.

7. El dispositivo de  confusión

A veces en el paisaje del inconsciente muchos tipos de sentimientos chocan como la unión de  diferentes ríos  provenientes de  distintas direcciones. Las  corrientes que se entremezclan producen aguas revueltas.  Cuando  decidimos,  luego de una vida de renuncia, entrar finalmente en el paisaje de  sentimientos,  a menudo experimentamos cosas diferentes a la vez –cosas que conducen a un sentimiento de confusión que puede ser tratado como cualquier otro  sentimiento. Entramos al agua, nos mantenemos en el  centro de ella  y lenta y de forma segura, luego de una cierta cantidad de horas, las diferentes  corrientes y  capas se presentan a  nosotros.

-- Siempre que  pienso en mi familia me siento  completamente  confundido.

-- Intérnate en esa confusión, deja atrás tus pensamientos y  siente  la riqueza y  la complejidad. Sumérgete al menos medio minuto. Di la frase que  quieras. No asumas una actitud lógica y  no me cuentes nada.

-- Te  quiero  Lobby

--¿Lobby?

-- Mi hermano  mayor, el  único en la casa que parecía cuidarme. Cuando todo  lo demás  era horrible yo  siempre  supe que él se ocupaba de  mí.

-- ¿No  te estarás  confundiendo de  sentimiento?

-- No

 

8. La barrera de  la tontería

El  self  de  la superficie esta  consagrado a la  lógica. Cuando  el  self de la superficie examina al  self más  profundo mira a  procesos  no lógicos. El  self  más profundo trabaja  por asociación para que una cosa  conduzca a  la otra de una forma que  parece  tonta. Sin embargo, ya hemos descubierto  en este libro que los procesos no-lógicos del self profundo, cuando están desentrañados,  siempre  terminan teniendo  un sentido perfecto.

Cuando el self superficial mira  el self profundo no lógico éste tiene una excusa intrínseca  para evitar un examen más  profundo. El self superficial dice “no hay razón para examinar este tema porque es tonto.” Una y otra vez  escuchamos en la  terapia el comentario de que  algo es tonto y por lo  tanto no  vale  la pena ahondar en ello.

-- No quiero  hablar de eso. Me siento una tonta cuando  me quejo del regalo de mi madre.

--¿Te sientes tonta?

-- Sí, me regaló un abrigo de piel y me siento tonta  porque no soy agradecida. No me  gusta y se trata  un regalo  caro.

-- Concéntrate en el sentimiento que experimentas cuando piensas en el regalo.

(Después de un rato) Lo  odio.

-- Lo odias

-- Ella siempre  trata de  convertir  en una  versión menor  de  ella.

-- Entonces tu odio por el abrigo no es tan  tonto.

-- No, creo que no

***

-- Tuve un sueño anoche  pero  me  pareció  muy  tonto.

-- ¿Sobre qué era sueño?

-- Estaba  en  un desierto y  había  un carámbano  colgado  de un árbol

-- Concéntrate en esa  escena,  revívela y mira a  ver qué pasa.

-- El  carámbano es  frío y en medio de todo eso  hay calor.

-- ¿Tiene eso algún  sentido  para ti?

-- Bueno, mi marido  me ducha con amor y  por alguna razón me  siento muy fría  con él.

--Como una  metáfora, ¿es eso tonto?

-- Creo que  no. De hecho es el mayor  problema que tengo

9.  Evitar  creer en sí  mismo de  forma negativa

Ningún dispositivo puede malograr nuestro viaje a la PARADOJA CENTRAL  DE LA TERAPIA de  forma más efectiva  que  ésta. Cuando nos encontramos  con esta defensa, nuestra repugnancia se hace tan extrema que puede  desbaratarse  toda por dentro. La  entrada  y el uso de esta dispositivo parecen volar  de forma tan convincentemente en la  faz de  la razón que ha impedido la  auto-explicación  del  género humano  desde el  mismo principio.

Sin embargo la PARADOJA CNTRAL DE LA TERPIA se  mantiene vigente. Para terminar con un proceso maligno interno hay que experimentar y reconocer que,  no importa cual maligno o negativo parezca, el  mismo  es parte de  nosotros. Sólo este proceso  nos liberará de estos sentimientos tan difíciles. Es aquí,  más que en  cualquier  otro cosa, que nos  separamos  de esas terapias que emplean la fuerza de un pensamiento positivo o reformulación de un credo negativo y profundo para  convertirlo en agradable. En el momento en que empleamos estos dispositivos superficiales que se autoayudan estamos perdidos. Los restos  reprimidos reprimen. No hay  una real  esperanza de integración  y  nos quedamos estancados para siempre en las estructuras de su falso self.  Nos quedamos divididos fuera de la herencia formidable de nuestra profunda habilidad de integrarnos con el  INSIGHT  HOLÍSTICO y acomodarnos en las partes  oscuras de nuestro paisaje interior.

El rechazo es la piedra angular de los mecanismos  mentales de defensa, el fundamento que  sostiene  la  casa de  naipes que es el falso o pseudo self adulto.   El  rechazo  está en la intersección  de la verdad y lo  falso en la mente.  Aparentemente, se mantiene  negativo o  en nuestro  lado  oscuro,   tan  congelado en nuestro inconsciente que  muchos nos vamos a  nuestras  tumbas   sin conocer  siquiera una pequeña  porción de nuestro self profundo.

De ninguna forma, la negación funciona con más poder que en el  momento de  evitar los AUTO-CREDOS NEGATIVOS.

Debemos recordar que al principio del libro dijimos que el niño entierra  su  gran pena y rabia y desarrolla en su lugar la parte externa intrínsicamente manipulativa del self que  podemos  llamar  personalidad. Es decir que el niño aprende lo que puede y  no puede  decir,  lo que puede o  no puede sentir,  y  de veras, lo  que  puede  o no puede  pensar para así  ser  aceptado  como ser  humano. El  self  profundo con su dolor  queda en el olvido, mientras que el  self  superficial  aumenta  su elaborado  matriz  de racionalizaciones  para obtener lo que  necesita y  se le acepte sin problema en la  gran familia género  humano.

Finalmente, tenemos  una  personalidad que llega   a ser muy  compleja. Llega  hasta  el cielo sobre una  base de  falsedad “soy  éste y  no aquel” o “soy aquel  y  no éste” –todo falso. Veremos que todos los hombres y mujeres somos un conjunto de todas las cosas. Hay un motor de combustión sin fuego ni corazón, por muy  despacio  que  las ruedas  doblen.

Nuestra autoestima empieza a depender  no de un núcleo orgánico y por lo tanto, intrínsicamente ético, sino  de lo que  Scott  Peck dijo  en cuanto  a  “La  mentira.”

¿Cómo logramos sentirnos bien, seguros,  si vivimos en  la cima de una torre  de arena?

Debemos desarrollar un proceso de rechazo cada vez más convincente y luego hallar la validación  desde nuestro mundo.  Nos  unimos  a “la Sociedad de  La  Mentira.”

Sonríame usted y valídeme, siempre que hable mis racionalizaciones y yo sonreiré y le validaré, siempre que hable, las  suyas. Todo estará bien  siempre que no nos acostemos  y sintamos profundamente.

Los sentimientos son la radiografía de la mente y aunque sean una confusión al principio, al final, si profundizamos lo suficiente, no mienten.

El cerebro humano (“Todo el Cerebro”) puede  integrar casi  ninguna  verdad en sus profundidades. Primero, deber hallar esa verdad. El rechazo de sentimientos profundos y aparentemente  negativos le impide a todo el  cerebro soportar toda la  fuerza de  sus  habilidades integradoras y  curativas.

El viaje al self profundo es un  viaje que parece ser un self inaceptable. En este viaje debemos  luchar por suspender  nuestro  juicio social de lo que es bueno  o malo; de la  misma  forma que un  submarinista deja de respirar por un momento  superficialmente para hallar las  profundidades.

Desgraciadamente, hemos asumido tan profundamente muestra matriz de  juicios sociales que  nos aterramos  cuando empezamos a  enmendarlos.  Le tememos a todos  los que  nos  rechazan y moriremos solos en medio de la agonía de sentimientos negativos.

¿Cómo  podemos analizar y permitirnos sentir la aparente  violencia con la  que debemos en última instancia fundirnos y que debemos  finalmente reconocer? ¿Cómo podemos repetir frases para  profundizar en nuestras experiencias interiores que parecen  volar  en la  faz de cada enseñanza  que hayamos tenido? ¿Cómo  podemos decir  cosas en alta  voz que parezcan estar  más  allá de toda  norma razonable de autoayuda?

La  respuesta es que debemos confiar en lo que sentimos para que nos conduzca al próximo enlace  en la cadena de sentimientos. Debemos confianza en que  la PARADOJA CENTRAL  DE LA TERPIA aunque serpentee un  tortuoso  camino, nos   traerá la  verdad que  necesitamos  oír.

Empezamos primero con pequeñas  cosas.  Como empezamos a  experimentar alivio cuando llegamos a nuestras verdades, empezamos a confiar en  nosotros  mismos y en este método terapéutico que se hace más sólido. La torre empieza a  rebalancearse y su base a hacerme más firme y segura.

Los siguientes ejemplos  demuestran la extrema repugnancia de la  habíamos  hablado con anterioridad. Sin embargo,  sin  miramos el desarrollo de estos procesos nos daremos cuenta que apropiarnos de lo parece profundamente negativo  en nosotros abrirá las  puertas para hallar los lugares escondidos de nuestra mente profunda. Entonces, más que en ningún otro lugar, la PARADOJA CENTRAL DE LA TERAPIA parecerá  ser primeramente  una trasgresión terrible de conducta  terapéutica y  posteriormente emergerá  como el método  más claro y brillante de autoexploración.

-- El otro día estaba  de lo  más enfadada  con  mis hijos.

-- ¿Enfadada?

-- Sí, muy enfadada.

--Entonces, acuéstate  de espalda y deja  que ese enfado que sentías te invada de  nuevo y  deja que escapar una frase.

-- Los odio... sé que  no  debo decir eso

-- ¿Qué no puedes  decir qué?

-- No puedo decir lo que  sigue

 -- (paciente  llorando) no puedo  continuar

-- Demos al “no puedo” el mismo tratamiento que le  daríamos a  cualquier otro  sentimiento. Trata de  vencer  esa resistencia de “no  puedo” y cuando lo logres, di “no puedo”

con mucho cuidado 10 veces.

-- No puedo... No puedo ... LOS ODIO,  CHIQUILLOS DE MIERDA... El  hecho es que me doy cuenta de que a veces quiero matar a mis hijos  (paciente  mirándome con horror).

-- Arrodíllate en el  colchón, toma  el bate plástico en  tus manos, levántalo  y haz como si estuvieras  golpeando  lo más  fuerte que  puedas y grita al mismo tiempo “quiero matarlos”.

(larga pausa... el paciente golpea a regañadientes el colchón y di  con  voz poco  entusiasta)

-- Los  voy a matar.

-- Quiero que sigas  golpeando duro y grites “quiero matarlos”.

-- LOS VOY A MATAR... LOS VOY A  MATAR... LOS  VOY A  MATAR  (la paciente golpea ahora el colchón con vigor)

Ahora observemos qué pasa  cuando  la paciente supera su  resistencia a algo dentro de ella que llena  “self normal” de profunda repugnancia. Observemos lo que sucede cuando ella se  da cuenta de que está enfrentando un sentimiento y que éste no representa necesariamente una verdad (aunque parezca serlo). Si ella  sigue en  medio de ese proceso, no sólo se va a resolver el  mismo  sino que llevará a la paciente a otro insight  más profundo.

-- Los voy a matar...los voy a  matar... (la paciente  golpea ahora  con  frenesí) matar, matar, matar...” No me  mates,  mami (sollozando)...por  favor,  mami, no  me mates.

Sólo cuando la paciente experimenta toda la fuerza de su rabia contra sus  hijos emerge su dolor a la intensidad que quebrará  sus  defensas al recordar  cómo  su  propia madre la amenazaba con regularidad.

A medida de que esta secuencia se completa y sólo  cuando se completa de forma adecuada, sale el  resto  del iceberg  a la superficie para que todo el  problema se haga  visible. Ahora con esto a la vista, el cerebro puede  empezar a realizar  su trabajo.

Los que parece ser algo negativo desde el punto de vista de posibilidad y perjuicio se  puede ver sin dobleces  desde el punto de  vista  psicológico y ser fácilmente perdonable. De hecho, en el sentido más profundo, no hay nada que perdonar literalmente. La paciente simplemente se vio atrapada en una misma cadena de circunstancias sentimentales como  resultado de su rabia contra sus hijos.

Cuando estamos bajo  efectos  de sentimientos negativos descubrimos a  nivel  sentimental que el dolor  no necesita perdón externo. LA AUTO-CREENCIA NEGATIVA, como cualquier otro sentimiento, siempre forma un paisaje de  entendimiento holístico que en última  instancia  muestra que  no hay nada que  perdonar.  Todo lo que hayamos hecho o pensado tiene sentido y todo el cerebro ser  integra en última instancia.

Esto no es un permiso para estar equivocado. Es un conocimiento orgánico profundo que,  dadas  las  circunstancias en las que estamos involucrados, quedamos indefensos para  hacer  algo o ser  quienes no éramos. Habiendo visto y sentido esto, estamos limpios y  podemos  caminar  hacia una  vida mas profunda e intrínsecamente  ética.

La psicoterapia  profunda  Nivel Cuatro deshace  nuestra dependencia de los viven de perdón. Si pensamos en esto, el significado de civilización es formidable.

-- ¿Cómo  te  sientes  en cuanto a  tus hijos, ahora?

-- Los quiero, pero a  veces  me enfado con ellos y me dan ganas de matarlos, pero ya no me da miedo decirlo.

***

Tenemos el caso de  un hombre lleno de  rabia en una sala de espera de una  consulta externa de un  hospital mientras espera  los resultados de  unas pruebas  importantes.

-- No sé lo que me pasa.

-- Remítete  de  nuevo  al momento en que  estabas  en el  hospital. Deja que  vuelva a ti  toda  esa rabia  y quédate  con ella medio  minuto

--  No sé por qué tengo que tener un temor. No  soy  una  mala  persona. (nos  encontramos  con  alguien que trata de  mantener  un sentimiento que parece negativo para  su  salud mental).

Si mantenemos  la PARADOJA CENTRAL DE  LA  TERAPIA,  veamos qué pasa:

-- Quiero que digas  cinco o  seis  veces “soy malo”

-- No quiero decir eso. Yo no soy malo.

-- Confía  en tu cerebro para controlar  cosas que parecen  muy  negativa.

-- Soy malo

--  Dilo cinco veces, por favor

-- Esto es  estúpido.

-- Dilo cinco veces, por  favor y con sentimiento.

-- Soy  malo...soy  malo...soy malo...soy  malo...soy malo. Mi mamá  me culpaba  por  todo.

-- Dilo  de nuevo cinco veces

-- Soy malo... Me echaba la culpa de que  papá  nos  hubiera abandonado. Dios mío, me siento tan  malo. Creo que tuve la culpa. Me  sentí  tan inútil cuando se fue,  como si  no pudiera  impedirlo y fuera culpa mía  el que nos abandonara. 

--Volvamos  a la sala de espera del  hospital y re-experimenta tu  rabia. Me has estado  diciendo   “no  sé  por qué tengo que tener  este  tumor  si  no soy malo”

-- No  sé  por qué tengo que tener  este  tumor  si  no soy malo. ¡Dios mío! Es culpa  mía  de que tenga este temor. No lo creo. Siento lo mismo que cuando papá  nos dejó. Tengo la culpa de estar enfermo. Tengo que cargar  con toda esta  mierda.

-- Así  mismo es.

Los  terapeutas  que  estimulan  a  sus  pacientes  a hacer las  cosas positivas mediante el pensamiento positivo les están  impidiendo ir al centro de sus problemas  más  graves. Al menos que  abracemos la PARADOJA CENTRAL DE LA TERAPIA y estimulemos a nuestros pacientes a sentir y traer  a la superficie todo  lo negativo en  ellos,  estamos simplemente ayudándolos  a  construir  una muy alta casa de  naipes. Les estamos diciendo  que  no confíen en su  capacidad cerebral. Los estamos dejando en un rechazo todavía más  complejo.

Lo que en verdad les estamos diciendo es que, como terapeutas, no  confiamos en ellos ni en  nosotros para realizar el  trabajo  necesario más profundo.  Esta elaboración  de gran  mentira  social,  de parte de  alguien considerado  como una autoridad en el campo de la salud  mental,  sólo  puede  conducir a una  desesperación indescriptible  y profunda.  Para  las  personas  que confían en los terapeutas como una corte de  último recurso en la verdad de la mente,  esto  es una traición  crucial. Cuando esto ocurre en cualquier tipo de  terapia, ello puede  conducir  en última instancia al  suicidio porque el  paciente ahora sabe que incluso  el terapeuta no puede enfrentar la negatividad  que es una parte inherente de  nuestras  vidas.

Cuando  la terapia carece del coraje de ir hasta los lugares vitales más oscuros, entonces no hay hacia  donde volvernos.

Cuando en la terapia oigo sobre gente  que  se ha suicidado, me pregunto a  menudo si lo hicieron por esa  misma razón. Cuando el  terapeuta evita lo  que es aparentemente  más  insoportable, en vez de empujar  hacia ello,  puede parecer que  ya  nada  le  quede al  paciente que  no  sea su  vida. Se ha  dado  el mensaje de que  hay un límite para lo que  podemos enfrentar  e  integrar.

La  psicoterapia profunda que utiliza  como  fundamento la PARADOJA CENTRAL DE LA TERAPIA nunca da, en  última instancia,  una  visión  pesimista de la  existencia. Esta terapia  se  mantiene  abierta y de ahí que sea muy optimista.

La PARADOJA CENTRAL DE  LA TERAPIA no nos fallará  en este  espantoso lugar al menos que la  estructura de nuestro ego (fuerza  personal) haya sido tan dañado por un trauma de la infancia y no quede fuerza  suficiente en  nuestra función cerebral para  mantenernos a  flote.

Por favor,  releer el capítulo sobre las Advertencias.

Así y todo,  moviéndonos  lentamente en el tiempo,  todavía podemos  hacer maravillas en lo que se refiere a  lo podemos  aceptar.

Este puede ser  uno de los  momentos en la terapia el psiquiatría  puede decirle al paciente lo puede  o no  serte útil,  pero teniendo en cuenta que el término  psiquiatra no es  sinónimo de  sabiduría primordial.  Los psiquiatras  tienen   su  propio sistema de credo para  mantenerse seguros como cualquier otra persona. Nunca le des completamente la espalda a tu  intuición  profunda, aun  cuando, Dios lo sabe, estés equivocado. De aquí las  advertencias que se dan el  libro.

En los primeros estadíos de la terapia y en cierto período de la misma,  podemos  necesitar  la compasión de nuestro terapeuta para  tranquilizarnos y decirnos que todo está bien. Como uno de  mis terapeutas  me decía “no eres  más que una persona, Paúl, no  un  monstruo”

He aquí otros ejemplos  para demostrar que “lo  negativo” es una  puerta  hacia la verdad y  no una entrada al infierno.

-- Ella no dejó y lo más lindo  del caso  es que no  estoy enfadado

-- Repite “no estoy enfadado” varias veces.

-- No estoy enfadado...no estoy  enfadado... no estoy enfadado...Dios mío. Cómo  la odio por estar haciendo esto.

-- Acuéstate  y  concéntrate en el odio y empieza a  repetir la frese “la odio” como si estuvieras hablando  con ella.

-- La odio...la  odio... la odio... la odio... te  mataría. No me gusta esto, da  miedo.

-- Mantente  con ese sentimiento.

-- La mataría... la  mataría.

-- Ahí  tienes el bate plástico,  cógelo y empieza a golpear el colchón al  mismo tiempo  que repites tu frase.

-- Tengo  miedo de  hacerlo

-- Trata de hacerlo. Si haces  tu trabajo aquí en el colchón,  no tendrás que luchar  con ese  sentimiento  fuera de aquí.

(golpeando y gritando,  finalmente  el paciente está  exhausto)

-- ¿Cómo  está tu rabia?

-- Es  menos y me doy cuenta que  he estado enfadado toda una vida.

-- ¿Es decir que tu enfado no se debe al abandono de tu novia?

-- No, es algo  más profundo

-- Así es

-- Pero en  verdad la extraño, ¿sabe?

-- ¿La quisiste  mucho, no?

-- Así es.

Cada vez que nos encontremos rechazando algo,  en especial, si el sentimiento de rechazo parece ser demasiado fuerte, invirtamos el rechazo. Exterioricemos una y otra vez hasta que los procesos de INSIGHT HOLÍSTICO encuentren  balance entre lo positivo  y lo negativo del paciente. Noventa de cien veces un planteamiento de rechazo  cubre de  forma defensiva un profundo sentimiento de creencia negativa.

La  siguiente  secuencia en la terapia ilustra el problema de rechazo y el regreso a  lo que hemos  tratado de reprimir:

“Mis padres se divorciaron cuando  tenía  6 años y  yo creí  que era culpa  mía. Me sentí tan  mal que quise  morirme. Me dijeron  que no fuera tonto, que  yo no tenía  la culpa. Finalmente reprimí mi convicción de ser el responsable de la  separación de mis padres y  reprimí también  el deseo de  quererme morir. Años más tarde, me convertí en ese tipo de persona que se sentía  responsable cada vez que algo iba mal. Estaba plagado de sentimientos de culpa y  pensamientos suicidas. Luché  para  controlarme dedicándome a hacer buenos  trabajos, pero  no  pude deshacerme  de  mis  ganas de morir. Le  enseñé  a los niños en una escuela dominical que deberían aprender cómo perdonarse cuando cometían errores. Todo el mundo me decía que era una buena  persona. No obstante, yo quería morir. Finalmente,  he decidido tener sesiones de  terapia.”

-- Por  todo lo que has  dicho, parece que te tienes mucho odio.

--  Nunca  había  pensado en eso.

-- ¿Y todavía  tienes ganas de suicidarte?

-- Creo que sí.

-- Acuéstate  y di cinco veces  “me odio”

-- No puedo.

-- ¿Porqué?

-- Va  contra mis principios decir cosas  negativas sobre mi persona. Pensé  que  había venido aquí  a amarme a  mi mismo. No sé  cómo voy a  aprender a  hacerlo repitiendo una y  otra vez que me  odio.

-- Confía y piensa que a la vez que  mantengas  ese sentimiento  te  liberarás  de  ese  odio. Acuéstate  y repite “me odio” diez veces,  con cuidado.

-- Me odio... me  odio ...

-- Más alto

-- (gritando) ME ODIO...TENGO LA CULPA

-- ¿Culpa de qué?

-- Mi papá me abandonó... se fue para  siempre por  culpa mía

-- ¿Tu  provocaste  la separación de  tus padres?

-- Sí

-- Di “es culpa mía”  al menos de 5 a 10  veces y  mantente  con ese  sentimiento

-- Es  culpa mía... es  culpa mía ... No me dejes, papi... no me dejes (el paciente solloza)  Por  favor... no  me dejes, papi... (larga pausa)

--- Y bien, ¿es  culpa  tuya o no?

-- No, pero siempre  he creído que lo ha sido.

-- ¿Sigues  con ganas de matarte?

-- Ya  no

--  Si te dejas llevar  por esa terrible y  negativa creencia  de que te odias y que eres el culpable del  divorcio de  tus  padres, descubrirás de repente que ya no  tienes  ganas de  morir.

-- Sí,  creo que sí

-- Cada vez que  tengas  ganas de morir, aléjate de la baranda de un puente,  entra en tu  carro,  vuelve  y  empieza a experimentar tus  sentimientos pasados hasta  que alcances un estado de  relajación.

Tendrás  que  hacer  esto ciento de  veces antes de  que tus  sentimientos suicidas  se detengan.

Cuando  te invada sentimientos  negativos no dejes  que nadie te  los suprima. Enfréntalos sabiendo que si haces tu  trabajo terapéutico en el  colchón no tendrás que  dañarte a ti ni a  nadie.

De  paso  quisiera decir que  creo  que la mayoría de  los adultos suicidas son en realidad suicidas  infantiles que se han retrasado mucho.

Hay  momentos en la vida  en que pensamientos positivos nos  son necesarios  en momentos difíciles. Frases  sencillas como “yo puedo salir de  esto” y otras  palabras  de aliento pueden convertirse  en  un útil salvavidas.

Sin embargo,  no tratemos de  insertar pensamiento  positivo en la base de  la estructura de nuestra personalidad como  proceso de base pues al final esto nunca  funciona y aunque  lo parezca,  el precio de la  represión con su  futura rigidez interna será  muy alto.

Cuando trabajemos  en el colchón, independientemente  del sentimiento  que trabajemos, debemos expresarlo de  forma congruente mostrando por  fuera la misma energía que por  dentro.   Si no  lo hacemos esto o si  nos desviamos   mediante falsos pensamientos positivos,  estaremos  cometiendo  asesinato  contra los procesos del self.

Nunca  nos  curamos.

Durante el cambio  de conciencia sentenciosa, lineal y  represiva  a conciencia  holística no sentenciosa, necesitaremos apoyo,  permiso y  confianza.  No hay nada más aterrador que estimular un  self profundo que no  tenga una insignia de aprobación social.  Por esta razón  hay  que leer Advertencia Tres  al  principio de esta  sección.

Mientras más profundicemos en  nuestra  mente y en nuestros insights,  menos  sentenciosos  serán. Mientras experimentemos  la complejidad  de esas cosas enormes e inconscientes que provoca  muestra conducta y las fuerzas  internas que la conforman, estaremos  cada  vez  menos inclinados  a poner en práctica una buena en contra de una mala opinión. Nos convertimos  en indulgentes del self y de demás,  la única  base verdadera para una  vida compasiva.

En el  mundo es necesario, para que nuestra raza sobreviva, dar opiniones sobre la conducta  humana en cuanto a sí  es o no constructivo  o destructivo  para  la sociedad en su conjunto. Desde el punto social, por supuesto,  todavía tenemos que obedecer  las  reglas o el  caos que resulte de  todo esto.

Sin  embargo,  en la  mente profunda,  todo parece formarse por fuerzas sobre las que  no tenemos control. La  conducta resultante proviene de lugares  que están por debajo de  cualquier  cosa que  podamos ver, que  la  noción de  la responsabilidad personal, en el  sentido de ser concientes de  por qué hacemos o no hacemos  ciertas  cosas,  empieza a evaporarse.

El insight holístico se ilumina perfectamente. Una perfecta iluminación,  incluso  en pequeñas  cantidades,  disuelve la culpa. Nos damos cuenta de que siempre hemos hecho lo mejor que podemos con la extremadamente limitada  información disponible en el inconsciente.

Un  hombre  confía en alguien en un serio  negocio. Se  le  aconseja  que  no confíe, pero  él  cree, por un sentimiento muy profundo albergado en él,  que  debe confiar y a larga,  pierda  todo su  dinero.

Él nunca sabrá que el peinado de este hombre se le parecía mucho al de su  padre. Se  culpará a sí  mismo por  haber juzgado  mal y se  sentirá culpable. Una terapia regresiva profunda, al recordar conexiones con su padre,  le  permite  ver que las fuerzas que hay  detrás de la decisión del  negocio estaban   más allá de su control en primera  instancia, y, en segundo lugar, completamente  desconocidas para él. Su culpa se disuelve. Ha llegado a tener menos necesidad de  criticar las aparentemente extrañas decisiones de  los demás.

 

DISPOSITIVOS PARA MANTENERNOS FUERA DE NUESTRO  PROPIO CEREBRO.

10.  El  dispositivo del cambio de  forma y  viaje de síntomas.

Uno de los dispositivos  más  desconcertantes utilizado por el inconsciente para impedir nuestro viaje al interior es el interminable cambio entre fenómenos con los que intentamos conectarnos.  En el inconsciente cualquier  cosa puede cambiar su forma para convertirse en otra  cosa.  Los sentimientos  se encumbren y se reencubren bajo mantas de distintos colores y detrás de  construcciones  de  muchas  fachadas. Es  como  si el  sentimiento fuera un  duendecillo  travieso  del  bosque que  pudiera en un  momento estar  en un árbol,  luego dentro de una roca y  más tarde en un río.  Las  cosas pueden ser  así o de otra  forma y, como acabamos de decir, cualquier cosa puede convertirse  en cualquier cosa. No nos alarmemos por eso. No importa cual extraños y cambiantes sean  los  procesos internos, tendremos magia  para igualarlos, para localizarlos y rescatarlos de  donde  se escondan.

-- Me ha estado  doliendo   el estómago toda la semana.

-- Acuéstate, señala  donde  está el  dolor y ve al  centro  del mismo  como si fuera pepinillo en salmuera. No pienses,  no hables.

-- Mi jefe  me gritó el  lunes pasado por la mañana delante de  todo el personal.

-- Y, ¿cómo  te sentiste?

-- Me enfadé  mucho, pero no pude  decir  nada.

-- ¿Y te estuvo doliendo el estómago toda la semana?

-- Sí

-- Bueno, mantén  ese  dolor físico.

-- Quisiera gritarle a  él.

-- Imagínate  con el dolor, grita algo que provenga  de tu dolorido  estómago.

--  Vete a la mierda...vete a la mierda...vete a  la mierda...

-- Y ahora, ¿te sigue doliendo el estómago?

-- Me duele menos, pero todavía  me duele.

-- Vuelve a concentrarte de nuevo en el dolor  y  trata  de exteriorizar   cosas.

--  Imbecil...Imbecil... IMBECIL...

-- ¿Cómo te  sientes ahora?

-- Se me  quitó  el  dolor.

La  rabia y la humillación se convirtieron en un dolor de estómago. Cambiaron  su forma y  se han escondido  en un lugar  deferente.

***

-- Ojalá muriera en ese carro deportivo. Me asustó al  arriesgar  su  vida  de tal forma  (una pausa), pero  en  verdad  lo quiero.

El  amor se convierte  en rabia y  la rabia en miedo y el miedo vuelve a convertirse en amor.

En el inconsciente, independientemente de donde empecemos, los  procesos cambian, cambian  y  cambian. Nunca acabamos  donde empezamos. Debido a que  nunca vemos el final de una secuencia, aquellas  personas de quienes  ya hemos hablado, que necesitan saber por qué  experimentan un  sentimiento,  nunca  podrán fluir  a  través de   conexiones inconscientes. Primero llegan los  sentimientos y sólo después, si confiamos en ellos, llegarán a nuestra  conciencia.

El viaje de  los síntomas es uno de  los acontecimientos comunes que cambian  la  forma en el  cambio interminable de  una cosa a otra en la medida  en que  tratemos  de rastrear un proceso a través de  una selva profunda.

--Me  duele el estómago.

-- Mantén el dolor.

-- Me parece que se  me  ha corrido un poco  hacia el pecho.

-- Entonces, vayamos  a tu pecho y abordemos el dolor

-- Sé  que parecerá una locura, pero ahora  tengo el dolor en la  garganta.

-- Déjalo que se quede en la garganta.

-- Siento nauseas. Me cuesta trabajo hablar.

-- Quédate  con esas  sensaciones de nauseas. Haz arqueadas.

-- No puedo vomitar  nada.

-- Tu inconsciente hará  cualquier cosa para que no hables  de tu dolor.

--Sí, creo  que tiene  usted razón.

Cuando uno trata de  asimilar un síntoma y  esto contrarresta  nuestro intento moviéndose  de un lugar para otro dentro del cuerpo, si pacientemente  uno  se concentra en cada nueva manifestación, entonces eventualmente estos  cambios de forma y viajes de síntomas que unen y esconden el insight  fracasarán. A veces, como en este  caso,  un paciente tendrá  que  hacer arcada en un  cesto de  basura antes que  el síntoma se  dé  por  vencido y permita que el dolor y  el  insight   avancen.

Pag.  126

11.  El  dispositivo  de extremo terror

De todas  las barreras que existen entre  nosotros y  lo que  debemos  saber   de  nosotros mismos, el terror extremo es lo más difícil de superar. Muy pocas personas  pueden  enfrentar  este dispositivo cuando se intensifica. Muy Pocos  terapeutas  pueden hacerle frente en sus pacientes o en ellos mismos.

Sin embargo, la sorprendente verdad es que si nos mantenemos con  nuestro terror y lo sentimos, lo bebemos y dejamos que fluya en nosotros, este  monstruo de la profundidad se disolverá como cualquier otro sentimiento que  tengamos  que enfrentar.

El terror es la antesala de la actuación. Cuando lo experimentamos totalmente,  este misterioso y doloroso proceso desaparece y, por lo  general,  es sustituido por  un  regreso a la infancia y un insight  a  fondo. Esto es muy fácil  de decir y muy  difícil para la mayoría de  nosotros de  hacer.

Por lo general, las personas necesitan meses o años de confianza  en sí mismos y en sus terapeutas para romper esta maldita barrera. Algunos lo pueden lograr en pocas sesiones,  otros nunca  lo  logran. La disposición de  lograrlo es un acto profundo y personal. Nadie puede  llegar al terror extremo  sin  prestar   particular atención a las advertencias  que se dan la primera  parte del  libro. El DISPOSITIVO DE TERROR EXTREMO, como cualquier otra  defensa, puede ser  un necesario  dispositivo protector contra la desintegración real. Sin embargo, la mayoría de los pacientes que vienen a  mi consulta pueden asumir este dispositivo con un poco de coraje. Cuando llegamos al insight, descubrimos que el terror no parece garantizar su grado de alboroto defensivo.  Cuando  nos quedamos detrás del  miedo a un sentimiento  profundo con su  INSIGHT HOLISTICOS, experimentamos tremendo alivio en mente y cuerpo.

En  general, mientras  mayor  es el trauma,  mayor es el  terror. Y mientras  más débil es la estructura del ego (fuerza  personal), mayor es el terror. Sin embargo, a menudo, no hay relación obvia entre  ninguna de  estas   cosas.

A veces, una persona  viene a la sesión en estado de ansiedad y la misma surge  a medida  que  hablan.

-- Hay algo en el marido de mi amiga que me pone ansiosa.

-- Acuéstate  y concéntrate   en esa  ansiedad.

-- Me da  más miedo.

-- No importa

-- Mi corazón da  fuerte latidos

-- Déjalo

-- Estoy empezando  a sudar

-- Deja que suda. Deja que tu  corazón lata  fuerte y mantente con ese  terror que  llevas dentro (una  pausa muy larga.

-- Me recuerda a mi tío.

-- ¿Qué edad  tienes?

-- 11

-- Y, ¿qué ocurre?

-- Me  está  enseñando a  besar. Me dice que es tiempo que  aprenda.

-- ¿Sigues  aterrorizada?

-- No

Si  nos quedamos con el miedo dentro, el  sentimiento se ensancha  hacia una plataforma de entendimiento y el miedo cesa.

No  hay  una  gran  constante que no sea  terminar con el terror –si uno  vuelve a experimentar   dicho  sentimiento y  se  mantiene  con el  mismo hasta  que se  rompa y  ceda  el  paso al insight.

La ansiedad crónica siempre ha sido un problema en la psicoterapia, y, en general, la psicoterapia nunca ha dado bien que ella. Sin embargo,  en una sesión regresivo orientada hacia el sentimiento, la ansiedad crónica se convierte  en  nuestra aliada. Se convierte en un largo pasillo lleno de  puertas que se abren  a  traumas  en la infancia y a problema relacionados  con dichos  traumas en la adultez. La ansiedad crónica es una de  las mejores herramientas  que  tenemos, es la entrada  al self profundo y, al final, siempre cederá nuestras técnicas trayendo alivio e insight.

-- Me  he sentido con miedo  toda esta semana.

-- Acuéstate y deja que ese  miedo vuelva a ti

-- (la paciente empieza a  temblar sin  control) ¿Qué me pasa?

-- Estás  temblando.  Esa es una  forma de expresarse  que tiene el  cuerpo.

-- No me gusta esa.

-- Deja  que tu cuerpo  tiemble y  mira haber si hay  algo  que  quieras decir.

-- (el  paciente  tiembla  con mayor  violencia) No... No...No... )ahora solloza –empieza a  gritar) No...No... No... Mi padre se lleva a mis hermanitas al sótano donde abusa sexualmente con ella. Las oigo llorar...No puedo hacer nada al respecto... Dios mío, no puedo  protegerlas... Tiene un arma... Dice  que nos va a matar si decimos algo...

-- ¿Qué  ha pasado  con ese miedo  que has experimentado toda la semana?

-- Se  ha ido, pero  siento  malestar en el estómago.

-- ¿Quisieras hurgar  en ese malestar?

-- No, es suficiente por  hoy.

-- Está  bien

La mayoría de los pacientes no  enfrentan  este  nivel del trauma, pero ello  no  es poco común. Una vez más, vemos que si encontramos el valor de  mantenernos en estado de terror, éste se disuelve y surge el insight.

La ansiedad de moderada a  severa, antes de que ocurra un insight profundo, es común como el  viento antes de  la tormenta. Aprendemos que  la  ansiedad y el  miedo, e  incluso el  terror, no nos destruye. (Si el terapeuta empieza a  hablarnos cuando surge el  pánico y de esta forma impide momentos pico, puede que estemos frente  al  terapeuta  equivocado). A veces es necesario meses de práctica para mantenernos con el miedo antes que lo logremos. Otros paciente luchan por  mantenerse con el  terror durante antes. Una vez que descubramos que el terror no nos destruye y que nos conduce a una extraordinaria recuperación del problema, este dispositivo mental aterrador (EL DISPOSITIVO DE TERROR EXTREMO) se convierte en otro sentimiento, simplemente  en otra  entrada, y ya  no tenemos que  evitarlo  a toda  costa.

Debemos repetir  que existen algunos estados mentales, tales como los estados que limitan  en lo psicótico, donde  mantenerse dentro de un estado de terror puede ocasionar una desintegración psicótica. Por favor, relea Advertencia Dos.

Debemos enfatizar  que esto no es problema para la gran mayoría de los pacientes de psicoterapia. Es importante que el terapeuta-compañero esté  disponible en calidad de apoyo cuando el paciente viole  por  primera vez estas  defensas.

Ahora veamos la magia para disolver los dispositivos y artimañas de las defensas del  cerebro, y para  desenterrar  los profundos  procesos de  cura  inmaculada de la mente.

 

 

   
 
Back Table of Contents Next
  Home Page