CAPITULO VEINTE
Los dispositivos, las fuerzas y artimañas utilizadas por el inconsciente para mantenernos fuera de nuestra propia cerebro
Las defensas con las que nos preocupamos son:
1. Los dispositivos de invisibilidad y del no saber
2. El dispositivo de la atención mal dirigida
3. El encanto de la mala memoria
4. La defensa de no querer
5. La defensa de no tener permiso para algo y e l problema de deslealtad
6. La defensa de otras tentaciones
(a) placeres intelectuales elaborados
(b) pregunta intelectuales elaboradas y la necesidad de saber
(c) el placer de los apetitos
(d) el placer y la seguridad de deleites hirientes
(e) la seguridad de los falsos credos
7. El dispositivo de la confusión
8. La barrera de las tonterías
9. Evitar creer en sí mismo de forma negativa
10. El dispositivo del cambio de forma y viaje de síntomas
11. El dispositivo del terror extremo
DISPOSITIVOS PARA MANTENERNOS FUERA DE NUESTRO CEREBRO.
1. Los dispositivos de la invisibilidad y del no saber
Por ejemplo, en el mundo real, una mujer puede irse temprano una fiesta. Su conciencia le dicta que la razón por la que se va a casa es porque está cansada de las conversaciones superficiales que se sostienen a su alrededor de ella, pero en realidad, el hombre que tiene al lado, que le habla de forma autoritaria, ha creado en ella sentimiento de negatividad muy parecido al de su padre, pero ella no sabe esto. La conexión inconsciente y la fuerza con que ese sentimiento de negatividad hacen que se vaya de ese lugar son absolutamente invisible. Sin saber que está huyendo o de qué está huyendo, huye.
Los DISPOSITIVOS DE INVISIBILIDAD Y DEL NO SABER le han impedido crecer, dicho de otra forma, la han mantenido a salvo.
A medida que avancemos, estos DISPOSITIVOS DE INVISIBILIDAD Y DEL NO SABER se encresparán y torcerán a través de todos los fenómenos mentales que estudiaremos, desde los niveles más llanos hasta los más profundos de la mente.
--No sé porque siempre estoy tan refunfuñona e irritable. En realidad, la vida no me lleva tan mal. La mamá de Bob se ha estado quedando con nosotros, pero en realidad ella se esfuerza tanto que no puedo decirle nada cuando me incomoda.
---¿Estás enfadada con ella?
---En verdad, no. Sólo quisiera que no se esforzara tanto. Hace dos meses que vive con nosotros. En verdad, no me cae mal. Es buena
2. El dispositivo de la atención mal dirigida
El inconsciente puede seguir su trabajo con nosotros si sólo nos lleva a examinar las cosas incorrectas. Ver las cosas incorrectas como la causa de nuestro dolor y nuestra conducta es el sello distintivo de la raza humana.
La mujer que se va de la fiesta le dirá a sus amigas al día siguiente cuanto ha madurado. Alardeará sobre cómo reaccionó más allá de las conversaciones superficiales de la fiesta. Su inconsciente encausó mal su atención; su atención fue mal encausada por su inconsciente.
Un hombre en mi consulta explora la repugnancia que siente cuando está con un socio de negocio que es homosexual. Me habla mucho del SIDA y de otras enfermedades trasmitidas por el sexo. Se ha convertido en un experto en el tema. Ofrece servicio comunitario una noche a la semana enseñándole a los jóvenes cómo evitar las enfermedades sexuales. Lo que no puede analizar es su deseo en la infancia de tocarle el pene a su hermano mayor cuando se lo enseñaba como muestra de masculinidad. Su atención en el presente está mal dirigida contra los gays y por lo tanto enseña cómo evitar enfermedades trasmitidas por el sexo.
He aquí un caso de conciencia mal encausada en el que la persona perseguirá falsas metas durante toda su vida, al menos que descubra y experimente las razones originales que lo hacen actuar de la forma que lo hace. Sus intereses y actividades en el campo de la educación sexual lo han “protegido” de sus recuerdos y deseos de la infancia.
El dispositivo de atención mal encausada viaja siempre conjuntamente con los dispositivos de invisibilidad y del no saber.
--Maldito jefe, lo odio. En verdad, siempre he odiado a todos los jefes que he tenido.
Más adelante en el libro descubriremos algunos dispositivos nuestros para hacer visibles estas defensas. Finalmente, veremos que estos dispositivos se disuelven totalmente. Por ahora debemos ver cada uno de ellos para que, cuando trabajemos con los mismos los sintamos como algo familiar.
3. El encanto de la perdida de la memoria
Tenemos el caso de una madre que en medio de la terapia se grita sin control a sí misma a la edad de dos años que ha botado avena en la mesa de la cocina. Ella ha olvidado lo que aprendió; su grito esconde un sentimiento. Ha olvidado que si se acuesta en su cama y siente la rabia como se lo estamos enseñando a hacer, esa rabia se evapora sin dañar a la niña.
Este el caso de un hombre que está aprendiendo cómo recordar sus sueños. Sus instrucciones son las de decirse a sí mismo que quiere soñar. Se le ha dicho que ponga un bloc de notas, un lápiz y una linterna de bolsillo en su mesa de noche. Se le dice que cada vez que se despierte en la noche o por la mañana debe pensar rápido y escribir algún fragmento de su sueño que recuerde.
La primera semana se le olvidar cumplir las orientaciones que se le han dado. La segunda semana, se recuerda a sí mismo que debe recordar sus sueños, pero se olvida del bloc y del lápiz. La tercera persona está segura que va a recordar un sueño impactante que tuvo y que no escribió en el bloc y que luego olvidó. En la cuarta semana él hace todo lo que se le pidió, pero deja olvidado en casa el bloc de los sueños. En la quinta semana se acuerda de traer el bloc, pero entonces olvida de bajarse del ómnibus en mi parada. A través de todo lo descrito él mantiene categóricamente que su pérdida de memoria es simplemente coincidencia.
Este paciente está en realidad en medio de un ENCANTO DE PÉRDIDA DE MEMORIA, un dispositivo inconsciente para evitar la penetración de su self más profundo.
--¿Hiciste tus ejercicios de terapia esta semana?
--Bueno, usted sabe como son las cosas, se te amontonan y antes de que uno se dé cuenta, ya la semana se ha ido. Jean y yo peleábamos continuamente.
4. La defensa de no querer
Una mujer entra a mi consulta, en la sesión anterior ya había avanzado mucho. Me dice que ha estado llorando toda la semana, que no quiere más lágrimas, que no quiere ir al trabajo con los ojos hinchados.
--¿Qué te gustaría hacer hoy?
--No sé. Simplemente no quiero tener más dolor.
--¿Quieres irte más temprano esta semana y seguir la semana próxima?
Ella responde:
--No, quiero estar aquí, no quieres sentir más dolor esta semana.
***
Este es el caso de un hombre acostado en la oscuridad, que llora. Recuerda la muerte de una amiguita cuando él tenía 6 años.
--No quiero sentir esto.
--¿Te duele mucho?
--Sí... fue culpa mía.
-- ¿Tú la mataste?
-- No, pero de alguna forma, siempre he creído que lo hice
-- Por favor, trata de mantener ese sentimiento de culpa.
-- No, no quiero
-- ¿No quieres?
-- No, hay algo malo en ello
--¿Y qué quieres hacer?
-- Creo que mejor que hago es lo que usted dice
--Entonces remítete a ese sentimiento cuando tenías 6 años en que pensaste que hiciste algo que le provocó la muerte a tu amiguita.
--(el paciente empieza llorar) Siempre nos desvestíamos juntos, nos mirábamos y nos tocábamos; y haciendo eso, murió. Siempre he creído que hacer esas cosas incorrectas le causó la muerte.
-- Tú nunca has querido creer eso, ¿verdad?
-- Claro que no
-- Concéntrate en ese sentimiento de culpa.
-- No puedo.
-- Creo que sí puedes. Imagina que entras a un elevador para bajar a tu carro.
--No, no quiero hacerlo.
--Para liberarte de ese sentimiento, vas a tener que reexperimentar esa violación.
-- No tengo que hacerlo, sueño con ello siempre.
-- Si lo vuelves a experimentar estando despierto y en medio de la terapia aquí conmigo, no vas a tener que soñarlo.
--No lo quiero hacer todavía.
--¿Hay otras cosas que quieras hacer hoy?
-- ¿Quiero hablar sobre mi madre?
5. La defensa de no tener permiso para algo
Esto, se darán ustedes cuenta, es un lado de los opuestos malignos de los que hemos hablado anteriormente cuando estuvimos hablando de sentimientos que sobrevenían en pares.
-- ¿Hay algo sobre tu madre de lo que no quieres hablar?
--Sí,
--¿Es difícil para ti hablar de ella?
--Sí
-- ¿Eso te provoca algún sentimiento?
-- Sí, no quiero hablar de ella.
-- Por favor, concéntrate en ese sentimiento en el que no quiere pensar
-- No creo que el problema sea no querer abordar ese sentimiento, sino que se supone que no lo haga.
No tengo el permiso para hablar de todas las cosas mala que ella hizo.
Retorciéndose las manos después de un largo silencio:
--Ella tuvo un amante... sé que no debería hablar de eso.
-- ¿Y tú has guardado ese secreto todos estos años?
--Sí.
-- Vayamos al centro de ese secreto (sentimiento) que no tenías permiso de divulgar. Concéntrate en esa niñita que no podía hablar. No me digas nada por lo menos un minuto.
--Yo...
--No, no hables, eres una niñita que guarda un terrible secreto.
--Papá lo hubiese matado. Él era muy colérico y tenía armas en el sótano.
--Es decir que guardando su secreto la mantenías viva
-- Creo que sí
--¿Y que sentías?
--Me moría de miedo.
En la DEFENSA DE NO TENER PERMISO PARA ALGO se incluye el extremadamente poderoso y ingenioso PROBLEMA DE LA DESLEATAD.
Una y otra vez, los pacientes detienen su viaje porque piensan que es desleal hablar de forma negativa sobre personas importantes en sus vidas, en el presente y en el pasado. No está de más insistir que esa culpa no es lo mismo que establecer una profunda conexión interior.
Cuando alguien está el colchón terapéutico gritándole a su padre que lo odia está expresando el sentimiento provocado por una experiencia importante, interno y bien estructurado. No se trata de la culpa del padre de ese paciente por lo que le hizo al hijo. La diferencia entre culpa y sentimiento a través de una conexión es intuitiva, pero absolutamente crucial. Sabemos intelectualmente que nuestros padres fueron el producto de la educación que recibieron y, por lo tanto, no hay que culparlos por lo que nos hicieron. Debemos, sin embargo, pasar por encima de este conocimiento intelectual y permitirnos sentir y expresar el daño que su conducta nos provocó. Experimentar conexiones pasadas es vital para la cura.
La culpa es otro problema.
Una vez que nos damos cuenta de que la expresión de sentimientos es una exteriorización terapéutica y no una exposición de la culpa, podemos entonces experimentar el sentimiento. La DEFENSA DE NO TENER PERMISO PARA ALGO disminuye y finalmente podemos decir cosas negativas sobre nuestros seres queridos porque nos damos cuenta de que estamos explorando un sentimiento.
Es importante recordar, sin embargo, que la DEFENSA DE NO TENER PERMISO PARA ALGO sigue siendo también un sentimiento y no se disuelve hasta que no la hayamos abordado y lo hagamos varias veces. Simplemente, conocer la diferencia entre identificar una culpa y experimentar un sentimiento, como cualquier otro conocimiento intelectual, no nos liberará de repente. Sin embargo, nos da un punto de foco para concentrarnos en nuestras técnicas orientadas hacia el sentimiento.
El hecho es que sentirse desleal es una de las trampas más sutiles del cerebro para no entrar en el self más profundo. Es un dispositivo creado por el miedo profundo de nuestros primeros dolores y volveremos al mismo de forma más directa cuando estudiemos el DISPOSITIVO DEL TERROR EXTREMO.
--¿Qué hace tu padre todas las noches en e sótano?
-- No se lo puedo decir.
-- ¿No me lo puedes decir?
--Nunca se nos permitió que habláramos de nuestros padres. Ellos nos han dicho que desleal hacerlo.
--¿Y no puedes hablar de eso ahora?
--No, no lo puedo decir.
-- Pero todo eso que sabes te pesa dentro ¿no?
--Sí
6. La defensa de las otras tentaciones
(a) placeres intelectuales elaborados
--Toda mi vida he hecho reír a la gente. Soy el arquetipo de un bromista.
-- ¿Y que te hace sentir el ser gracioso siempre?
--Me gusta ser el centro de una multitud. Mi papá hacía muchos chistes.
--Ya, deja de hablar de eso; acuéstate e imagina la situación. ¿Dónde estabas?
--En mi club.
-- Cierra los ojos. Imagínate allí y crea la imagen hasta que sea lo más real posible. Ahora deja entrar ese sentimiento que experimentas cuando haces el chiste... No, no me hables al respecto, quédate dentro con ese sentimiento por al menos medio minuto.
--Siento una especie de necesidad de ser gracioso.
-- Mantente con esa necesidad y profundízala. Di una palabra, una frase, emite un sonido. No me hagas un cuento ni trates de ser lógico.
--Ríete de mí
-- ¿La frase emite exactamente ese deseo?
--Sí
-- Entonces mantente dentro de ese deseo y repite la frase una y otra vez.
-- Ríete de mí... Ríete de mí... Ríete de mí ... y de pronto me siento triste.
-- Mantén ese sentimiento de tristeza y sigue diciendo la frase
--Ríete de mí (y el paciente empieza a llorar) Quiéreme ... (grita abiertamente ahora) Quiero que alguien me quiera...
--¿Quieres hablarme de arquetipos?
-- No, sólo quiero que me quieran
-Exacto
Cuando obligamos a las personas a que dejen una postura intelectual y los dejamos dentro de ese sentimiento, tienen una mejor oportunidad una experimentación más profunda de ellos mismos. Sin este enfoque e intensidad no puede haber una terapia real.
--Mi papá no podía ayudarte a que lo supieras
--¿Quieres decir que podía ayudar a golpearte?
-- Eso es. (pausa) Está probado que si tus padres fueron golpeados les trasmitieron ese hábito y te pegan a ti.
-- ¿Cómo te hicieron sentir los golpes?
--Eso ya no importa. Pasó hace mucho tiempo y he leído muchos libros al respecto.
--¿Y cómo te sentiste después?
--Ya no importa—hice una maestría sobre violencia doméstica.
--¿Y cómo te fue?
--Por favor, no me pregustes eso.
-- ¿Cómo te fue?
-- Todo el tiempo me sentía temeroso ... (llorando)
La defensa de otras tentaciones – continuación
(b) Preguntas intelectuales elaboradas y la necesidad de saber.
La terapia profunda orientada al sentimiento requiere que invirtamos los procesos normales diurnos. Con esto queremos decir que debemos confiar que si sentimos el sentimiento primero, sin hacer preguntas, el eje conciente-inconsciente se reorientará y nos traerá las respuestas que buscamos. En un sentido, debemos aprender a saltar fuera del precipicio y caer dentro del sentimiento, pero sin mirar, es decir, sin hacer preguntas.
En muchas personas, la necesidad de saber lo que están haciendo debe mitigarse aparentemente antes que se permitan experimentar un sentimiento. Esta formulación de preguntas y la NECESIDAD DE SABER mantiene al eje conciente-inconsciente orientado hacia el intelecto y lejos del viaje de interiorización. La necesidad de saber nace del terror profundo y es la esencia de control consciente. La necesidad de saber y de formular preguntas antes que nos permitamos sentir es uno de los métodos principales del cerebro para mantener la terapia en el Nivel Uno.
--No sé por qué tengo esa sensación cada vez que entro a casa de mi madre.
-- Por favor mantén esa sensación en ti sin preguntarte por qué la tienes.
-- Pero eso no tiene sentido, ¿por qué me tengo que sentir así?
-- Mantén esa sensación o sentimiento, imagínate la casa de tu madre y tú caminando hacia ella. Deja de preguntarte las razones por las cuales sientes esa sensación.
-- Está bien. Estoy parado antes la puerta de la casa de mi madre.
--¿Y qué sientes?
-- Ganas de salir corriendo.
-- Por favor, intensifica esa sensación. No pienses y no hagas preguntas.
-- Por favor, mami, no me pegues de nuevo, no me pegues de nuevo (llanto)
-- Como ves, ya tienes contestada tu pregunta.
-- Así es.
Cuando lanzamos nuestras preguntas intelectuales elaboradas y nuestra necesidad de saber, sentir esas sensaciones o sentimientos nos permite experimentar nuestra verdad.
La defensa de otras tentaciones –continuación
(c) Los placeres del apetito
-- Cuando me acuesto para trabajar en la terapia, me urge masturbarme y después me quedo dormido.
--¿Y masturbarte te ayuda en tu viaje terapéutico?
-- No lo creo.
-- En ese caso, cuando quieras masturbarte, mantén latente esa necesidad. Exterioriza tus sonidos y palabras y mantente con lo que exteriorices
***
-- Siempre tengo ganas de comer
-- ¿Y siempre sientes esa hambre sin abrir la puerta del refrigerador?
-- A veces lo olvido
-- Te apuesto a que lo haces.
***
-- No quiero sentirlo. Quiero que me abraces.
-- Siéntelo por un momento y deja el abrazo para después
***
-- Es mucho mejor hacer el amor con mi mujer después que discutimos.
La defensa de otras tentaciones –continuación
(d) El placer y la seguridad de los placeres hirientes
Muy a menudo, cuando adoptamos una actitud negativa hacia los demás, intentamos irnos por encima de nuestro dolor. Esto no es más cierto que cuando asumimos una actitud crítica.
La facultad crítica ha sido inherente a la vida desde tiempos inmemorables. La ameba debe valorar si lo que va a ingerir es tóxico o alimenticio. Lo mismo le sucede al elefante. La crítica es una sublimación ascendente de esta opinión básica sobre las necesidades vitales.
La crítica a nivel verbal y simbólico todavía nos ayuda a arrancar lo que es tóxico a la larga desde lo que es alimenticio y que produce crecimiento.
Desgraciadamente muchos de nosotros recubrimos esta necesaria función básica con algo extra. Utilizamos la crítica para ganar en altitud y seguridad por encima de nuestro temor. En última instancia, por debajo del miedo, merodea el gran dolor de toda nuestra infancia.
-- Ese hombre es un imbécil. Siempre está haciendo algo estúpido.
-- No le tienes mucho respeto
-- No es eso, simplemente no me cae bien
-- Sigue experimentando ese sentimiento hacia él
-- Bien, en realidad, le encuentro algo terrorífico: se parece a un padre
Mucho más fácil sería odiar que ensimismarse y hacer frente a nuestro miedo.
La defensa de otras tentaciones –continuación
(e) La seguridad de falsos credos (ver itálicas página 71)
-- Creo que todos los hombres son unos bastardos.
-- ¿Todos?
-- Sí, los odio a todos.
-- Vete al centro de este odio y repite la frase “los odio” al menos cinco veces.
-- Los odio... los odio... los odio... los odio... se trata de mi hermano (y empieza a llorar) lo odio por todas las veces que me ha hecho daño, por haberme clavado sus uñas.
-- Entonces ¿todos los hombre son unos bastardos?
-- Mi hermano sí
-- Sí, en verdad, lo era
Siempre que dejamos de perseguir nuestros sentimientos, una plataforma de falsos credos se reensambla. A esto se le llama “personalidad” y con la misma manipulamos nuestro mundo y evitamos el dolor.
7. El dispositivo de confusión
A veces en el paisaje del inconsciente muchos tipos de sentimientos chocan como la unión de diferentes ríos provenientes de distintas direcciones. Las corrientes que se entremezclan producen aguas revueltas. Cuando decidimos, luego de una vida de renuncia, entrar finalmente en el paisaje de sentimientos, a menudo experimentamos cosas diferentes a la vez –cosas que conducen a un sentimiento de confusión que puede ser tratado como cualquier otro sentimiento. Entramos al agua, nos mantenemos en el centro de ella y lenta y de forma segura, luego de una cierta cantidad de horas, las diferentes corrientes y capas se presentan a nosotros.
-- Siempre que pienso en mi familia me siento completamente confundido.
-- Intérnate en esa confusión, deja atrás tus pensamientos y siente la riqueza y la complejidad. Sumérgete al menos medio minuto. Di la frase que quieras. No asumas una actitud lógica y no me cuentes nada.
-- Te quiero Lobby
--¿Lobby?
-- Mi hermano mayor, el único en la casa que parecía cuidarme. Cuando todo lo demás era horrible yo siempre supe que él se ocupaba de mí.
-- ¿No te estarás confundiendo de sentimiento?
-- No
8. La barrera de la tontería
El self de la superficie esta consagrado a la lógica. Cuando el self de la superficie examina al self más profundo mira a procesos no lógicos. El self más profundo trabaja por asociación para que una cosa conduzca a la otra de una forma que parece tonta. Sin embargo, ya hemos descubierto en este libro que los procesos no-lógicos del self profundo, cuando están desentrañados, siempre terminan teniendo un sentido perfecto.
Cuando el self superficial mira el self profundo no lógico éste tiene una excusa intrínseca para evitar un examen más profundo. El self superficial dice “no hay razón para examinar este tema porque es tonto.” Una y otra vez escuchamos en la terapia el comentario de que algo es tonto y por lo tanto no vale la pena ahondar en ello.
-- No quiero hablar de eso. Me siento una tonta cuando me quejo del regalo de mi madre.
--¿Te sientes tonta?
-- Sí, me regaló un abrigo de piel y me siento tonta porque no soy agradecida. No me gusta y se trata un regalo caro.
-- Concéntrate en el sentimiento que experimentas cuando piensas en el regalo.
(Después de un rato) Lo odio.
-- Lo odias
-- Ella siempre trata de convertir en una versión menor de ella.
-- Entonces tu odio por el abrigo no es tan tonto.
-- No, creo que no
***
-- Tuve un sueño anoche pero me pareció muy tonto.
-- ¿Sobre qué era sueño?
-- Estaba en un desierto y había un carámbano colgado de un árbol
-- Concéntrate en esa escena, revívela y mira a ver qué pasa.
-- El carámbano es frío y en medio de todo eso hay calor.
-- ¿Tiene eso algún sentido para ti?
-- Bueno, mi marido me ducha con amor y por alguna razón me siento muy fría con él.
--Como una metáfora, ¿es eso tonto?
-- Creo que no. De hecho es el mayor problema que tengo
9. Evitar creer en sí mismo de forma negativa
Ningún dispositivo puede malograr nuestro viaje a la PARADOJA CENTRAL DE LA TERAPIA de forma más efectiva que ésta. Cuando nos encontramos con esta defensa, nuestra repugnancia se hace tan extrema que puede desbaratarse toda por dentro. La entrada y el uso de esta dispositivo parecen volar de forma tan convincentemente en la faz de la razón que ha impedido la auto-explicación del género humano desde el mismo principio.
Sin embargo la PARADOJA CNTRAL DE LA TERPIA se mantiene vigente. Para terminar con un proceso maligno interno hay que experimentar y reconocer que, no importa cual maligno o negativo parezca, el mismo es parte de nosotros. Sólo este proceso nos liberará de estos sentimientos tan difíciles. Es aquí, más que en cualquier otro cosa, que nos separamos de esas terapias que emplean la fuerza de un pensamiento positivo o reformulación de un credo negativo y profundo para convertirlo en agradable. En el momento en que empleamos estos dispositivos superficiales que se autoayudan estamos perdidos. Los restos reprimidos reprimen. No hay una real esperanza de integración y nos quedamos estancados para siempre en las estructuras de su falso self. Nos quedamos divididos fuera de la herencia formidable de nuestra profunda habilidad de integrarnos con el INSIGHT HOLÍSTICO y acomodarnos en las partes oscuras de nuestro paisaje interior.
El rechazo es la piedra angular de los mecanismos mentales de defensa, el fundamento que sostiene la casa de naipes que es el falso o pseudo self adulto. El rechazo está en la intersección de la verdad y lo falso en la mente. Aparentemente, se mantiene negativo o en nuestro lado oscuro, tan congelado en nuestro inconsciente que muchos nos vamos a nuestras tumbas sin conocer siquiera una pequeña porción de nuestro self profundo.
De ninguna forma, la negación funciona con más poder que en el momento de evitar los AUTO-CREDOS NEGATIVOS.
Debemos recordar que al principio del libro dijimos que el niño entierra su gran pena y rabia y desarrolla en su lugar la parte externa intrínsicamente manipulativa del self que podemos llamar personalidad. Es decir que el niño aprende lo que puede y no puede decir, lo que puede o no puede sentir, y de veras, lo que puede o no puede pensar para así ser aceptado como ser humano. El self profundo con su dolor queda en el olvido, mientras que el self superficial aumenta su elaborado matriz de racionalizaciones para obtener lo que necesita y se le acepte sin problema en la gran familia género humano.
Finalmente, tenemos una personalidad que llega a ser muy compleja. Llega hasta el cielo sobre una base de falsedad “soy éste y no aquel” o “soy aquel y no éste” –todo falso. Veremos que todos los hombres y mujeres somos un conjunto de todas las cosas. Hay un motor de combustión sin fuego ni corazón, por muy despacio que las ruedas doblen.
Nuestra autoestima empieza a depender no de un núcleo orgánico y por lo tanto, intrínsicamente ético, sino de lo que Scott Peck dijo en cuanto a “La mentira.”
¿Cómo logramos sentirnos bien, seguros, si vivimos en la cima de una torre de arena?
Debemos desarrollar un proceso de rechazo cada vez más convincente y luego hallar la validación desde nuestro mundo. Nos unimos a “la Sociedad de La Mentira.”
Sonríame usted y valídeme, siempre que hable mis racionalizaciones y yo sonreiré y le validaré, siempre que hable, las suyas. Todo estará bien siempre que no nos acostemos y sintamos profundamente.
Los sentimientos son la radiografía de la mente y aunque sean una confusión al principio, al final, si profundizamos lo suficiente, no mienten.
El cerebro humano (“Todo el Cerebro”) puede integrar casi ninguna verdad en sus profundidades. Primero, deber hallar esa verdad. El rechazo de sentimientos profundos y aparentemente negativos le impide a todo el cerebro soportar toda la fuerza de sus habilidades integradoras y curativas.
El viaje al self profundo es un viaje que parece ser un self inaceptable. En este viaje debemos luchar por suspender nuestro juicio social de lo que es bueno o malo; de la misma forma que un submarinista deja de respirar por un momento superficialmente para hallar las profundidades.
Desgraciadamente, hemos asumido tan profundamente muestra matriz de juicios sociales que nos aterramos cuando empezamos a enmendarlos. Le tememos a todos los que nos rechazan y moriremos solos en medio de la agonía de sentimientos negativos.
¿Cómo podemos analizar y permitirnos sentir la aparente violencia con la que debemos en última instancia fundirnos y que debemos finalmente reconocer? ¿Cómo podemos repetir frases para profundizar en nuestras experiencias interiores que parecen volar en la faz de cada enseñanza que hayamos tenido? ¿Cómo podemos decir cosas en alta voz que parezcan estar más allá de toda norma razonable de autoayuda?
La respuesta es que debemos confiar en lo que sentimos para que nos conduzca al próximo enlace en la cadena de sentimientos. Debemos confianza en que la PARADOJA CENTRAL DE LA TERPIA aunque serpentee un tortuoso camino, nos traerá la verdad que necesitamos oír.
Empezamos primero con pequeñas cosas. Como empezamos a experimentar alivio cuando llegamos a nuestras verdades, empezamos a confiar en nosotros mismos y en este método terapéutico que se hace más sólido. La torre empieza a rebalancearse y su base a hacerme más firme y segura.
Los siguientes ejemplos demuestran la extrema repugnancia de la habíamos hablado con anterioridad. Sin embargo, sin miramos el desarrollo de estos procesos nos daremos cuenta que apropiarnos de lo parece profundamente negativo en nosotros abrirá las puertas para hallar los lugares escondidos de nuestra mente profunda. Entonces, más que en ningún otro lugar, la PARADOJA CENTRAL DE LA TERAPIA parecerá ser primeramente una trasgresión terrible de conducta terapéutica y posteriormente emergerá como el método más claro y brillante de autoexploración.
-- El otro día estaba de lo más enfadada con mis hijos.
-- ¿Enfadada?
-- Sí, muy enfadada.
--Entonces, acuéstate de espalda y deja que ese enfado que sentías te invada de nuevo y deja que escapar una frase.
-- Los odio... sé que no debo decir eso
-- ¿Qué no puedes decir qué?
-- No puedo decir lo que sigue
-- (paciente llorando) no puedo continuar
-- Demos al “no puedo” el mismo tratamiento que le daríamos a cualquier otro sentimiento. Trata de vencer esa resistencia de “no puedo” y cuando lo logres, di “no puedo”
con mucho cuidado 10 veces.
-- No puedo... No puedo ... LOS ODIO, CHIQUILLOS DE MIERDA... El hecho es que me doy cuenta de que a veces quiero matar a mis hijos (paciente mirándome con horror).
-- Arrodíllate en el colchón, toma el bate plástico en tus manos, levántalo y haz como si estuvieras golpeando lo más fuerte que puedas y grita al mismo tiempo “quiero matarlos”.
(larga pausa... el paciente golpea a regañadientes el colchón y di con voz poco entusiasta)
-- Los voy a matar.
-- Quiero que sigas golpeando duro y grites “quiero matarlos”.
-- LOS VOY A MATAR... LOS VOY A MATAR... LOS VOY A MATAR (la paciente golpea ahora el colchón con vigor)
Ahora observemos qué pasa cuando la paciente supera su resistencia a algo dentro de ella que llena “self normal” de profunda repugnancia. Observemos lo que sucede cuando ella se da cuenta de que está enfrentando un sentimiento y que éste no representa necesariamente una verdad (aunque parezca serlo). Si ella sigue en medio de ese proceso, no sólo se va a resolver el mismo sino que llevará a la paciente a otro insight más profundo.
-- Los voy a matar...los voy a matar... (la paciente golpea ahora con frenesí) matar, matar, matar...” No me mates, mami (sollozando)...por favor, mami, no me mates.
Sólo cuando la paciente experimenta toda la fuerza de su rabia contra sus hijos emerge su dolor a la intensidad que quebrará sus defensas al recordar cómo su propia madre la amenazaba con regularidad.
A medida de que esta secuencia se completa y sólo cuando se completa de forma adecuada, sale el resto del iceberg a la superficie para que todo el problema se haga visible. Ahora con esto a la vista, el cerebro puede empezar a realizar su trabajo.
Los que parece ser algo negativo desde el punto de vista de posibilidad y perjuicio se puede ver sin dobleces desde el punto de vista psicológico y ser fácilmente perdonable. De hecho, en el sentido más profundo, no hay nada que perdonar literalmente. La paciente simplemente se vio atrapada en una misma cadena de circunstancias sentimentales como resultado de su rabia contra sus hijos.
Cuando estamos bajo efectos de sentimientos negativos descubrimos a nivel sentimental que el dolor no necesita perdón externo. LA AUTO-CREENCIA NEGATIVA, como cualquier otro sentimiento, siempre forma un paisaje de entendimiento holístico que en última instancia muestra que no hay nada que perdonar. Todo lo que hayamos hecho o pensado tiene sentido y todo el cerebro ser integra en última instancia.
Esto no es un permiso para estar equivocado. Es un conocimiento orgánico profundo que, dadas las circunstancias en las que estamos involucrados, quedamos indefensos para hacer algo o ser quienes no éramos. Habiendo visto y sentido esto, estamos limpios y podemos caminar hacia una vida mas profunda e intrínsecamente ética.
La psicoterapia profunda Nivel Cuatro deshace nuestra dependencia de los viven de perdón. Si pensamos en esto, el significado de civilización es formidable.
-- ¿Cómo te sientes en cuanto a tus hijos, ahora?
-- Los quiero, pero a veces me enfado con ellos y me dan ganas de matarlos, pero ya no me da miedo decirlo.
***
-- No sé lo que me pasa.
-- Remítete de nuevo al momento en que estabas en el hospital. Deja que vuelva a ti toda esa rabia y quédate con ella medio minuto
-- No sé por qué tengo que tener un temor. No soy una mala persona. (nos encontramos con alguien que trata de mantener un sentimiento que parece negativo para su salud mental).
Si mantenemos la PARADOJA CENTRAL DE LA TERAPIA, veamos qué pasa:
-- Quiero que digas cinco o seis veces “soy malo”
-- No quiero decir eso. Yo no soy malo.
-- Confía en tu cerebro para controlar cosas que parecen muy negativa.
-- Soy malo
-- Dilo cinco veces, por favor y con sentimiento.
-- Soy malo...soy malo...soy malo...soy malo...soy malo. Mi mamá me culpaba por todo.
-- Dilo de nuevo cinco veces
-- Soy malo... Me echaba la culpa de que papá nos hubiera abandonado. Dios mío, me siento tan malo. Creo que tuve la culpa. Me sentí tan inútil cuando se fue, como si no pudiera impedirlo y fuera culpa mía el que nos abandonara.
--Volvamos a la sala de espera del hospital y re-experimenta tu rabia. Me has estado diciendo “no sé por qué tengo que tener este tumor si no soy malo”
-- No sé por qué tengo que tener este tumor si no soy malo. ¡Dios mío! Es culpa mía de que tenga este temor. No lo creo. Siento lo mismo que cuando papá nos dejó. Tengo la culpa de estar enfermo. Tengo que cargar con toda esta mierda.
-- Así mismo es.
Los terapeutas que estimulan a sus pacientes a hacer las cosas positivas mediante el pensamiento positivo les están impidiendo ir al centro de sus problemas más graves. Al menos que abracemos la PARADOJA CENTRAL DE LA TERAPIA y estimulemos a nuestros pacientes a sentir y traer a la superficie todo lo negativo en ellos, estamos simplemente ayudándolos a construir una muy alta casa de naipes. Les estamos diciendo que no confíen en su capacidad cerebral. Los estamos dejando en un rechazo todavía más complejo.
Lo que en verdad les estamos diciendo es que, como terapeutas, no confiamos en ellos ni en nosotros para realizar el trabajo necesario más profundo. Esta elaboración de gran mentira social, de parte de alguien considerado como una autoridad en el campo de la salud mental, sólo puede conducir a una desesperación indescriptible y profunda. Para las personas que confían en los terapeutas como una corte de último recurso en la verdad de la mente, esto es una traición crucial. Cuando esto ocurre en cualquier tipo de terapia, ello puede conducir en última instancia al suicidio porque el paciente ahora sabe que incluso el terapeuta no puede enfrentar la negatividad que es una parte inherente de nuestras vidas.
Cuando la terapia carece del coraje de ir hasta los lugares vitales más oscuros, entonces no hay hacia donde volvernos.
Cuando en la terapia oigo sobre gente que se ha suicidado, me pregunto a menudo si lo hicieron por esa misma razón. Cuando el terapeuta evita lo que es aparentemente más insoportable, en vez de empujar hacia ello, puede parecer que ya nada le quede al paciente que no sea su vida. Se ha dado el mensaje de que hay un límite para lo que podemos enfrentar e integrar.
La psicoterapia profunda que utiliza como fundamento la PARADOJA CENTRAL DE LA TERAPIA nunca da, en última instancia, una visión pesimista de la existencia. Esta terapia se mantiene abierta y de ahí que sea muy optimista.
La PARADOJA CENTRAL DE LA TERAPIA no nos fallará en este espantoso lugar al menos que la estructura de nuestro ego (fuerza personal) haya sido tan dañado por un trauma de la infancia y no quede fuerza suficiente en nuestra función cerebral para mantenernos a flote.
Por favor, releer el capítulo sobre las Advertencias.
Así y todo, moviéndonos lentamente en el tiempo, todavía podemos hacer maravillas en lo que se refiere a lo podemos aceptar.
Este puede ser uno de los momentos en la terapia el psiquiatría puede decirle al paciente lo puede o no serte útil, pero teniendo en cuenta que el término psiquiatra no es sinónimo de sabiduría primordial. Los psiquiatras tienen su propio sistema de credo para mantenerse seguros como cualquier otra persona. Nunca le des completamente la espalda a tu intuición profunda, aun cuando, Dios lo sabe, estés equivocado. De aquí las advertencias que se dan el libro.
En los primeros estadíos de la terapia y en cierto período de la misma, podemos necesitar la compasión de nuestro terapeuta para tranquilizarnos y decirnos que todo está bien. Como uno de mis terapeutas me decía “no eres más que una persona, Paúl, no un monstruo”
He aquí otros ejemplos para demostrar que “lo negativo” es una puerta hacia la verdad y no una entrada al infierno.
-- Ella no dejó y lo más lindo del caso es que no estoy enfadado
-- Repite “no estoy enfadado” varias veces.
-- No estoy enfadado...no estoy enfadado... no estoy enfadado...Dios mío. Cómo la odio por estar haciendo esto.
-- Acuéstate y concéntrate en el odio y empieza a repetir la frese “la odio” como si estuvieras hablando con ella.
-- La odio...la odio... la odio... la odio... te mataría. No me gusta esto, da miedo.
-- Mantente con ese sentimiento.
-- La mataría... la mataría.
-- Ahí tienes el bate plástico, cógelo y empieza a golpear el colchón al mismo tiempo que repites tu frase.
-- Tengo miedo de hacerlo
-- Trata de hacerlo. Si haces tu trabajo aquí en el colchón, no tendrás que luchar con ese sentimiento fuera de aquí.
(golpeando y gritando, finalmente el paciente está exhausto)
-- ¿Cómo está tu rabia?
-- Es menos y me doy cuenta que he estado enfadado toda una vida.
-- ¿Es decir que tu enfado no se debe al abandono de tu novia?
-- No, es algo más profundo
-- Así es
-- Pero en verdad la extraño, ¿sabe?
-- ¿La quisiste mucho, no?
-- Así es.
Cada vez que nos encontremos rechazando algo, en especial, si el sentimiento de rechazo parece ser demasiado fuerte, invirtamos el rechazo. Exterioricemos una y otra vez hasta que los procesos de INSIGHT HOLÍSTICO encuentren balance entre lo positivo y lo negativo del paciente. Noventa de cien veces un planteamiento de rechazo cubre de forma defensiva un profundo sentimiento de creencia negativa.
La siguiente secuencia en la terapia ilustra el problema de rechazo y el regreso a lo que hemos tratado de reprimir:
“Mis padres se divorciaron cuando tenía 6 años y yo creí que era culpa mía. Me sentí tan mal que quise morirme. Me dijeron que no fuera tonto, que yo no tenía la culpa. Finalmente reprimí mi convicción de ser el responsable de la separación de mis padres y reprimí también el deseo de quererme morir. Años más tarde, me convertí en ese tipo de persona que se sentía responsable cada vez que algo iba mal. Estaba plagado de sentimientos de culpa y pensamientos suicidas. Luché para controlarme dedicándome a hacer buenos trabajos, pero no pude deshacerme de mis ganas de morir. Le enseñé a los niños en una escuela dominical que deberían aprender cómo perdonarse cuando cometían errores. Todo el mundo me decía que era una buena persona. No obstante, yo quería morir. Finalmente, he decidido tener sesiones de terapia.”
-- Por todo lo que has dicho, parece que te tienes mucho odio.
-- Nunca había pensado en eso.
-- ¿Y todavía tienes ganas de suicidarte?
-- Creo que sí.
-- Acuéstate y di cinco veces “me odio”
-- No puedo.
-- ¿Porqué?
-- Va contra mis principios decir cosas negativas sobre mi persona. Pensé que había venido aquí a amarme a mi mismo. No sé cómo voy a aprender a hacerlo repitiendo una y otra vez que me odio.
-- Confía y piensa que a la vez que mantengas ese sentimiento te liberarás de ese odio. Acuéstate y repite “me odio” diez veces, con cuidado.
-- Me odio... me odio ...
-- Más alto
-- (gritando) ME ODIO...TENGO LA CULPA
-- ¿Culpa de qué?
-- Mi papá me abandonó... se fue para siempre por culpa mía
-- ¿Tu provocaste la separación de tus padres?
-- Sí
-- Di “es culpa mía” al menos de 5 a 10 veces y mantente con ese sentimiento
-- Es culpa mía... es culpa mía ... No me dejes, papi... no me dejes (el paciente solloza) Por favor... no me dejes, papi... (larga pausa)
--- Y bien, ¿es culpa tuya o no?
-- No, pero siempre he creído que lo ha sido.
-- ¿Sigues con ganas de matarte?
-- Ya no
-- Si te dejas llevar por esa terrible y negativa creencia de que te odias y que eres el culpable del divorcio de tus padres, descubrirás de repente que ya no tienes ganas de morir.
-- Sí, creo que sí
-- Cada vez que tengas ganas de morir, aléjate de la baranda de un puente, entra en tu carro, vuelve y empieza a experimentar tus sentimientos pasados hasta que alcances un estado de relajación.
Tendrás que hacer esto ciento de veces antes de que tus sentimientos suicidas se detengan.
Cuando te invada sentimientos negativos no dejes que nadie te los suprima. Enfréntalos sabiendo que si haces tu trabajo terapéutico en el colchón no tendrás que dañarte a ti ni a nadie.
De paso quisiera decir que creo que la mayoría de los adultos suicidas son en realidad suicidas infantiles que se han retrasado mucho.
Hay momentos en la vida en que pensamientos positivos nos son necesarios en momentos difíciles. Frases sencillas como “yo puedo salir de esto” y otras palabras de aliento pueden convertirse en un útil salvavidas.
Sin embargo, no tratemos de insertar pensamiento positivo en la base de la estructura de nuestra personalidad como proceso de base pues al final esto nunca funciona y aunque lo parezca, el precio de la represión con su futura rigidez interna será muy alto.
Cuando trabajemos en el colchón, independientemente del sentimiento que trabajemos, debemos expresarlo de forma congruente mostrando por fuera la misma energía que por dentro. Si no lo hacemos esto o si nos desviamos mediante falsos pensamientos positivos, estaremos cometiendo asesinato contra los procesos del self.
Nunca nos curamos.
Durante el cambio de conciencia sentenciosa, lineal y represiva a conciencia holística no sentenciosa, necesitaremos apoyo, permiso y confianza. No hay nada más aterrador que estimular un self profundo que no tenga una insignia de aprobación social. Por esta razón hay que leer Advertencia Tres al principio de esta sección.
Mientras más profundicemos en nuestra mente y en nuestros insights, menos sentenciosos serán. Mientras experimentemos la complejidad de esas cosas enormes e inconscientes que provoca muestra conducta y las fuerzas internas que la conforman, estaremos cada vez menos inclinados a poner en práctica una buena en contra de una mala opinión. Nos convertimos en indulgentes del self y de demás, la única base verdadera para una vida compasiva.
En el mundo es necesario, para que nuestra raza sobreviva, dar opiniones sobre la conducta humana en cuanto a sí es o no constructivo o destructivo para la sociedad en su conjunto. Desde el punto social, por supuesto, todavía tenemos que obedecer las reglas o el caos que resulte de todo esto.
Sin embargo, en la mente profunda, todo parece formarse por fuerzas sobre las que no tenemos control. La conducta resultante proviene de lugares que están por debajo de cualquier cosa que podamos ver, que la noción de la responsabilidad personal, en el sentido de ser concientes de por qué hacemos o no hacemos ciertas cosas, empieza a evaporarse.
El insight holístico se ilumina perfectamente. Una perfecta iluminación, incluso en pequeñas cantidades, disuelve la culpa. Nos damos cuenta de que siempre hemos hecho lo mejor que podemos con la extremadamente limitada información disponible en el inconsciente.
Un hombre confía en alguien en un serio negocio. Se le aconseja que no confíe, pero él cree, por un sentimiento muy profundo albergado en él, que debe confiar y a larga, pierda todo su dinero.
Él nunca sabrá que el peinado de este hombre se le parecía mucho al de su padre. Se culpará a sí mismo por haber juzgado mal y se sentirá culpable. Una terapia regresiva profunda, al recordar conexiones con su padre, le permite ver que las fuerzas que hay detrás de la decisión del negocio estaban más allá de su control en primera instancia, y, en segundo lugar, completamente desconocidas para él. Su culpa se disuelve. Ha llegado a tener menos necesidad de criticar las aparentemente extrañas decisiones de los demás.
DISPOSITIVOS PARA MANTENERNOS FUERA DE NUESTRO PROPIO CEREBRO.
10. El dispositivo del cambio de forma y viaje de síntomas.
Uno de los dispositivos más desconcertantes utilizado por el inconsciente para impedir nuestro viaje al interior es el interminable cambio entre fenómenos con los que intentamos conectarnos. En el inconsciente cualquier cosa puede cambiar su forma para convertirse en otra cosa. Los sentimientos se encumbren y se reencubren bajo mantas de distintos colores y detrás de construcciones de muchas fachadas. Es como si el sentimiento fuera un duendecillo travieso del bosque que pudiera en un momento estar en un árbol, luego dentro de una roca y más tarde en un río. Las cosas pueden ser así o de otra forma y, como acabamos de decir, cualquier cosa puede convertirse en cualquier cosa. No nos alarmemos por eso. No importa cual extraños y cambiantes sean los procesos internos, tendremos magia para igualarlos, para localizarlos y rescatarlos de donde se escondan.
-- Me ha estado doliendo el estómago toda la semana.
-- Acuéstate, señala donde está el dolor y ve al centro del mismo como si fuera pepinillo en salmuera. No pienses, no hables.
-- Mi jefe me gritó el lunes pasado por la mañana delante de todo el personal.
-- Y, ¿cómo te sentiste?
-- Me enfadé mucho, pero no pude decir nada.
-- ¿Y te estuvo doliendo el estómago toda la semana?
-- Sí
-- Bueno, mantén ese dolor físico.
-- Quisiera gritarle a él.
-- Imagínate con el dolor, grita algo que provenga de tu dolorido estómago.
-- Vete a la mierda...vete a la mierda...vete a la mierda...
-- Y ahora, ¿te sigue doliendo el estómago?
-- Me duele menos, pero todavía me duele.
-- Vuelve a concentrarte de nuevo en el dolor y trata de exteriorizar cosas.
-- Imbecil...Imbecil... IMBECIL...
-- ¿Cómo te sientes ahora?
-- Se me quitó el dolor.
La rabia y la humillación se convirtieron en un dolor de estómago. Cambiaron su forma y se han escondido en un lugar deferente.
***
-- Ojalá muriera en ese carro deportivo. Me asustó al arriesgar su vida de tal forma (una pausa), pero en verdad lo quiero.
El amor se convierte en rabia y la rabia en miedo y el miedo vuelve a convertirse en amor.
En el inconsciente, independientemente de donde empecemos, los procesos cambian, cambian y cambian. Nunca acabamos donde empezamos. Debido a que nunca vemos el final de una secuencia, aquellas personas de quienes ya hemos hablado, que necesitan saber por qué experimentan un sentimiento, nunca podrán fluir a través de conexiones inconscientes. Primero llegan los sentimientos y sólo después, si confiamos en ellos, llegarán a nuestra conciencia.
El viaje de los síntomas es uno de los acontecimientos comunes que cambian la forma en el cambio interminable de una cosa a otra en la medida en que tratemos de rastrear un proceso a través de una selva profunda.
--Me duele el estómago.
-- Mantén el dolor.
-- Me parece que se me ha corrido un poco hacia el pecho.
-- Entonces, vayamos a tu pecho y abordemos el dolor
-- Sé que parecerá una locura, pero ahora tengo el dolor en la garganta.
-- Déjalo que se quede en la garganta.
-- Siento nauseas. Me cuesta trabajo hablar.
-- Quédate con esas sensaciones de nauseas. Haz arqueadas.
-- No puedo vomitar nada.
-- Tu inconsciente hará cualquier cosa para que no hables de tu dolor.
--Sí, creo que tiene usted razón.
Cuando uno trata de asimilar un síntoma y esto contrarresta nuestro intento moviéndose de un lugar para otro dentro del cuerpo, si pacientemente uno se concentra en cada nueva manifestación, entonces eventualmente estos cambios de forma y viajes de síntomas que unen y esconden el insight fracasarán. A veces, como en este caso, un paciente tendrá que hacer arcada en un cesto de basura antes que el síntoma se dé por vencido y permita que el dolor y el insight avancen.
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11. El dispositivo de extremo terror
De todas las barreras que existen entre nosotros y lo que debemos saber de nosotros mismos, el terror extremo es lo más difícil de superar. Muy pocas personas pueden enfrentar este dispositivo cuando se intensifica. Muy Pocos terapeutas pueden hacerle frente en sus pacientes o en ellos mismos.
Sin embargo, la sorprendente verdad es que si nos mantenemos con nuestro terror y lo sentimos, lo bebemos y dejamos que fluya en nosotros, este monstruo de la profundidad se disolverá como cualquier otro sentimiento que tengamos que enfrentar.
El terror es la antesala de la actuación. Cuando lo experimentamos totalmente, este misterioso y doloroso proceso desaparece y, por lo general, es sustituido por un regreso a la infancia y un insight a fondo. Esto es muy fácil de decir y muy difícil para la mayoría de nosotros de hacer.
Por lo general, las personas necesitan meses o años de confianza en sí mismos y en sus terapeutas para romper esta maldita barrera. Algunos lo pueden lograr en pocas sesiones, otros nunca lo logran. La disposición de lograrlo es un acto profundo y personal. Nadie puede llegar al terror extremo sin prestar particular atención a las advertencias que se dan la primera parte del libro. El DISPOSITIVO DE TERROR EXTREMO, como cualquier otra defensa, puede ser un necesario dispositivo protector contra la desintegración real. Sin embargo, la mayoría de los pacientes que vienen a mi consulta pueden asumir este dispositivo con un poco de coraje. Cuando llegamos al insight, descubrimos que el terror no parece garantizar su grado de alboroto defensivo. Cuando nos quedamos detrás del miedo a un sentimiento profundo con su INSIGHT HOLISTICOS, experimentamos tremendo alivio en mente y cuerpo.
En general, mientras mayor es el trauma, mayor es el terror. Y mientras más débil es la estructura del ego (fuerza personal), mayor es el terror. Sin embargo, a menudo, no hay relación obvia entre ninguna de estas cosas.
A veces, una persona viene a la sesión en estado de ansiedad y la misma surge a medida que hablan.
-- Hay algo en el marido de mi amiga que me pone ansiosa.
-- Acuéstate y concéntrate en esa ansiedad.
-- Me da más miedo.
-- No importa
-- Mi corazón da fuerte latidos
-- Déjalo
-- Estoy empezando a sudar
-- Deja que suda. Deja que tu corazón lata fuerte y mantente con ese terror que llevas dentro (una pausa muy larga.
-- Me recuerda a mi tío.
-- ¿Qué edad tienes?
-- 11
-- Y, ¿qué ocurre?
-- Me está enseñando a besar. Me dice que es tiempo que aprenda.
-- ¿Sigues aterrorizada?
-- No
Si nos quedamos con el miedo dentro, el sentimiento se ensancha hacia una plataforma de entendimiento y el miedo cesa.
No hay una gran constante que no sea terminar con el terror –si uno vuelve a experimentar dicho sentimiento y se mantiene con el mismo hasta que se rompa y ceda el paso al insight.
La ansiedad crónica siempre ha sido un problema en la psicoterapia, y, en general, la psicoterapia nunca ha dado bien que ella. Sin embargo, en una sesión regresivo orientada hacia el sentimiento, la ansiedad crónica se convierte en nuestra aliada. Se convierte en un largo pasillo lleno de puertas que se abren a traumas en la infancia y a problema relacionados con dichos traumas en la adultez. La ansiedad crónica es una de las mejores herramientas que tenemos, es la entrada al self profundo y, al final, siempre cederá nuestras técnicas trayendo alivio e insight.
-- Me he sentido con miedo toda esta semana.
-- Acuéstate y deja que ese miedo vuelva a ti
-- (la paciente empieza a temblar sin control) ¿Qué me pasa?
-- Estás temblando. Esa es una forma de expresarse que tiene el cuerpo.
-- No me gusta esa.
-- Deja que tu cuerpo tiemble y mira haber si hay algo que quieras decir.
-- (el paciente tiembla con mayor violencia) No... No...No... )ahora solloza –empieza a gritar) No...No... No... Mi padre se lleva a mis hermanitas al sótano donde abusa sexualmente con ella. Las oigo llorar...No puedo hacer nada al respecto... Dios mío, no puedo protegerlas... Tiene un arma... Dice que nos va a matar si decimos algo...
-- ¿Qué ha pasado con ese miedo que has experimentado toda la semana?
-- Se ha ido, pero siento malestar en el estómago.
-- ¿Quisieras hurgar en ese malestar?
-- No, es suficiente por hoy.
-- Está bien
La mayoría de los pacientes no enfrentan este nivel del trauma, pero ello no es poco común. Una vez más, vemos que si encontramos el valor de mantenernos en estado de terror, éste se disuelve y surge el insight.
La ansiedad de moderada a severa, antes de que ocurra un insight profundo, es común como el viento antes de la tormenta. Aprendemos que la ansiedad y el miedo, e incluso el terror, no nos destruye. (Si el terapeuta empieza a hablarnos cuando surge el pánico y de esta forma impide momentos pico, puede que estemos frente al terapeuta equivocado). A veces es necesario meses de práctica para mantenernos con el miedo antes que lo logremos. Otros paciente luchan por mantenerse con el terror durante antes. Una vez que descubramos que el terror no nos destruye y que nos conduce a una extraordinaria recuperación del problema, este dispositivo mental aterrador (EL DISPOSITIVO DE TERROR EXTREMO) se convierte en otro sentimiento, simplemente en otra entrada, y ya no tenemos que evitarlo a toda costa.
Debemos repetir que existen algunos estados mentales, tales como los estados que limitan en lo psicótico, donde mantenerse dentro de un estado de terror puede ocasionar una desintegración psicótica. Por favor, relea Advertencia Dos.
Debemos enfatizar que esto no es problema para la gran mayoría de los pacientes de psicoterapia. Es importante que el terapeuta-compañero esté disponible en calidad de apoyo cuando el paciente viole por primera vez estas defensas.
Ahora veamos la magia para disolver los dispositivos y artimañas de las defensas del cerebro, y para desenterrar los profundos procesos de cura inmaculada de la mente.
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