CAPÍTULO DIECISIETE

Lo que  tratamos de  hacer dentro del  mar del yo  profundo

VOLVER  A LA PRADOJA CENTRAL DE LA TERAPIA

El  corazón, el núcleo,  el alma de la terapia  orientada hacia  un sentimiento  regresivo es la noción de que debemos  fundirnos con nuestro dolor  para  digerirlo,  desarmando así automáticamente sus  formas malignas.

Lo que  vamos a  hacer,  habiendo entrado  en el  mar  del  yo  profundo, es  fundirnos y convertirnos en alguien con  el  dolor  que  con el que tropecemos.

Nos  concentramos  en el  dolor  porque es nuestra señal de que algo dentro de  nosotros todavía no ha funcionado. La alegría vendrá después como  consecuencia del  trabajo  que hagamos.

FUSIÓN (CONVERTIRSE  EN UNO CON  NUESTRO DOLOR)

Paso 1: Empezar el  proceso de  fusión

Cuando  nos sumergimos  en la profundidad del yo, debemos, por ejemplo, sentir  un difuso estado corporal interior.  La  parte frontal de nuestro tórax  debe dolernos levemente. Primeramente  lo percibimos como  una  radiación  profusa de dolor que parece estar separado de nosotros, observamos y ahí  está el dolor en el tórax. Tenemos  la impresión de  flotar encima del mismo. Miro  mi  cuerpo hacia abajo  como un astronauta en una película de  ciencia-ficción.

Nos abrimos a la plenitud de las sensaciones. Dejamos que las mismas lleguen a nosotros. Empezamos a sentir su ubicación, intensidad y  textura  hasta  tener información sensorial.

Llamamos a este  proceso de  permitir  que la  molestia se intensifique y pueda  conocer  su textura,  proceso de  ¨enriquecimiento¨ o ¨realce de la textura.¨

Adoptamos  una actitud pasiva y dejamos que el dolor  llegue a nosotros. Entonces  nos invade un rico conocimiento sensorial de la existencia del dolor. A partir de ese momento actuamos activamente y nos movemos levemente hacia el  centro del  mismo y empezamos a  tener la sensación de que  estamos acostados  sobre ese  dolor.  Tratamos de disolver los límites entre  nuestra  conciencia y el dolor que ha estado escondido dentro de nosotros. Tratamos de  convertirnos en un ser con este tipo de comunicación física. Nos abrimos completamente.

 Es como si los mismos  poros de nuestra piel y  todos  los orificios  nuestro cuerpo dejaran entrar al  dolor en nuestro conciente por lo que éste  y  nosotros nos convertimos en uno. El  dolor penetra en  cada  parte  hasta  la médula de  nuestros  huesos.  De esta forma,  lo digerimos.  Su anterior forma congelada y maligna empieza a disolverse completamente. Como su estructura se  desarma, su capacidad de provocarnos dolor desaparece gradualmente. Sin embargo, tendremos que experimentar este dolor profundamente y, posiblemente muchas veces antes de  liberarme del  mismo.

FUSIÓN (CONVERTIRSE  EN UNO CON  NUESTRO DOLOR)

Paso 2: Profundizar en el proceso de  fusión

En  este punto, el lector debe volver a la Parte  Uno del  libro donde  abordamos la creación de congruencias para  fundirnos totalmente con nuestro doloroso paisaje  interior.

A: Utilizando  la  congruencia del sentimiento (o sensación) para  profundizar  nuestra  fusión.

Cuando permitimos que parte  consciente de nosotros experimente sensaciones  irradiadas por un  acontecimiento interior, empezamos a involucrarnos en la creación de CONGRUENCIA DE  SENTIMIENTOS.  Mientras más  lleguemos al centro de estos sentimientos y sensaciones, más congruentes  seremos con ellos. Nuestro conciente experimentará exactamente lo que anteriormente ha sido inconsciente. Esta apertura hacia sentimientos y sensaciones, esta fusión de conocimiento conciente con la experiencia  interior, deberá convertirse  en nuestro trabajo  terapéutico  continuo.

Utilizaremos las restantes  congruencias para intensificar  esta unidad de   conciencia y  sensación. Esta fusión y convertirse en uno con  nuestro estado interior es una ley de cura emocional. Esta ley no admite  excepción. Aquellos pacientes que no se  funden y, de esta  forma desarman su  dolor,  no mejoran. Siguen sufriendo y vuelcan el dolor en su  mundo  de  forma disfrazada.  Cada vez que nos desviamos de una confortable función  balanceada estamos  botando algo inconsciente en  nuestra  vida  diaria.

B: Utilizando  la congruencia  del sonido inarticulado para  profundizar en nuestra fusión.

La  CONGRUENCIA  DEL  SONIDO NO ARTICULADO procede cuando permitimos que los  sonidos lleguen   a  nuestra garganta y  salgan de  nuestra boca por  sensaciones de  nuestro  cuerpo. Haremos  que  el sonido se corresponda con las  sensaciones en la intensidad y calidad  hasta lograr una correspondencia exacta. Las  sensaciones de  nuestro cuerpo  interior sentirán la mencionada correspondencia justamente en la medida en que sintamos el “contacto” de una pelota de tenis en el centro exacto de la raqueta. Sentiremos  esta congruencia hasta que el enriquecimiento ( la experimentación, intensidad y  textura) cese.

C: Utilizando  la congruencia  de  un sonido articulado para profundizar la fusión.

Podemos y  no podemos descubrir que nuestros sonidos inarticulados quieran convertirse  en simples palabras  o  frases reales. Es  importante permitir que estas conversiones ocurran.  No debemos olvidar que somos un receptor de información. Si tratamos de forzar las cosas y nos convertimos en un manipulador de información en  vez de abrir las  puertas  correctas,  estaremos   rompiendo el encanto dentro del cual el self más profundo pueda  comunicarnos.

Si las palabras quieren  llegar a  nosotros dejémoslas llegar, hagamos que sean  breves, comuniquémonos  con  frases  cortas y  no saltemos  de una  frases a  la  otra.  Tratemos siempre de  acortar una frase  larga pero  sin  que no deje de  capturar el  sentimiento que estemos  tratando  de  fundir con la  misma.

Por ejemplo, si recuerdas a tu padre  cuando  te golpeaba y te  hallas  diciendo: “no quiero que me  golpees  más” puedes  acortar la frase con  saltos. Primero diciendo “no  me  golpees más” y luego  sustituyendo  esta oración por “no me pegues” y hasta diciendo  simplemente “No”. En este caso descubriremos  que  mientras articulemos lo haremos cada vez de  forma más breve, que  la  intensidad del sentimiento se convierte en un “No” y  nos vemos repitiendo o gritando esta palabra una y otra vez para liberar el dolor con fuerza y dolorosamente  el  encuentro  con el padre. Una  simple palabra tal como “no” se  convierte  en la  última destilación verbal del  dolor antes que el mismo se convierte  en  sonidos inarticulados, tales como  un  grito de  rabia, de  dolor, de  miedo.

Podemos ir  de sonidos a  palabras y  viceversa. Eso  bueno,  pero tratemos de  no dejar  uno de  los dos hasta que la  energía que hay  dentro alcance  su  mayor nivel y  nos conduzca de lo uno a lo otro. No  tratemos de alcanzar  los  sonidos y palabras ni hagamos conexiones  al  menos que éstos  nos lleguen  de  forma  natural.  Las conexiones intelectuales producen el  cierre y  limitan  los procesos de la mente. El intelecto  nos conduce hacia  la superficie  lineal (Terapia del Primer Nivel) y levanta paredes dentro de nosotros y la conciencia del self y el potencial profundo para el logro de una EXPERIECIA HOLÍSTICA.  Las  congruencias  son  un taladro que profundiza.

Esperemos  por el alivio de  tensiones que puede o no  estar acompañada por variados  grados de  CONCIENCIA HOLÍSTICA.

D: Utilizando la  congruencia  de  la  posición corporal (sin movimiento) para profundizar  en nuestra fusión.

Deja que el  cuerpo asuma  cualquier posición que desee,  en una forma  u  de  otra.  Por ejemplo,  podemos colocarnos en posición fetal o permanecer  con las  piernas apuntando  hacia la pared. Adoptemos  cualquier  posición  que nos pida  el  cuerpo.

E: Utilizando la congruencia  de la posición  corporal (en  movimiento) para  profundizar  en  nuestra fusión.

Dejemos que el cuerpo se  mueva  de  forma  continua como lo desee; por  ejemplo, moviéndose  de  un lado a otro, o  haciendo  cualquier  movimiento  que desee.

Las sensaciones del cuerpo interior nos dirán si estas respuestas físicas ayudan a aumentar  la intensidad y la  profundidad o si están  interfiriendo de alguna  forma con los  procesos de  intensificación.

Cualquier cosa que hagamos en terapia profunda puede facilitar y  profundizar los avances que logremos o puede disipar la intensidad y devolvernos a la superficie (Terapia del Nivel Uno). En ninguna parte es más  evidente que en el movimiento corporal. Por ejemplo,  si  tenemos  un dolor profundo el  movimiento de un lado a  otro de un  niño puede  mejorar y  profundizar nuestro viaje hacia el alivio y el INSIGHT HOLÍSTICO. Éste  puede, por otro lado, disminuir nuestra tensión y  confortarnos. Tendremos un  cuerpo interior que sabe si estamos  tras la huella de la intensificación o tras la huella de disipación de la intensidad de nuestro viaje. Tratemos de estar  consciente  de  este problema. Escojamos  lo que sea  mejor en ese  momento, recordando que mientras  más profundicemos más  profunda  será la cura.

También es verdad que mientras más profundicemos más necesario será tener una  supervisión  continua de la terapia.

 

   
 
Back Table of Contents Next
  Home Page